Raquel R. Miranda: "Se necesita una ley integral estatal. No puede ser que las familias piensen en trasladarse de comunidad para que sus hij@s vivan con normalidad"
Por Eduardo Nabal
Raquel Ruiz Miranda es miembro de la asociación de familias
de menores transexuales Chrysallis y vicepresidente de su delegación en
Castilla y León. Madre de un menor transexual y activista por necesidad,
necesidad de que estos niños y niñas puedan vivir una infancia y adolescencia
con la aceptación y el respeto de la sociedad.
EDUARDO NABAL.- Hola Raquel. ¿Cuéntanos
la aventura de Chrysallis en general y en Burgos en particular de forma más o
menos resumida?
RAQUEL RUIZ MIRANDA.- Chrysallis
nace hace algo más de tres años cuando varias familias de distintos puntos de
España buceaban en internet buscando respuestas a las mismas preguntas, y al darse
cuenta de que, aunque eran pocas, no estaban solas, de que sus hijos e hijas tenían muchos puntos
en común y también necesidades comunes, decidieron organizarse.
Organizarse para hacer frente juntas a
las dificultades que iban encontrando, compartir y apoyarse entre todas ellas.
Empezamos unas pocas familias, pero desde entonces la gran familia Chrysallis
ha crecido mucho y en la actualidad somos alrededor de 400. Esta es una de las
razones por la que se decidió formar delegaciones autonómicas, por proximidad y
porque las competencias en muchos ámbitos están transferidas a las comunidades
autónomas, de modo que las leyes son diferentes para los niños y niñas
dependiendo de en qué comunidad vivan. No tenemos sede física, funcionamos con
grupos de WhatsApp y redes sociales, y de vez en cuando hacemos encuentros de
familias donde compartimos experiencia e información...y cariño, nos llevamos
muy bien. En Burgos somos varias familias y sí que tenemos un punto de
encuentro los primeros miércoles de cada mes en el Centro Cívico de Capiscol,
nos cede el espacio el Ayuntamiento, allí nos reunimos y atendemos tanto a
familias como a profesionales y a todo aquel que desde el respeto quiera
acercarse a conocer la realidad de nuestr@s peques.
E.N.- Parece haber
cierto consenso en que Burgos nunca ha sido una ciudad muy abierta en cuestión
de costumbres y diversidad afectiva. Pero no es tan diferente de otras de CyL.
¿Crees que a partir de los cambios en el conjunto del estado se puede construir
algo nuevo aquí y ahora?
R.R.M.- Cierto, no solo Burgos es una ciudad donde no
hay visibilidad del colectivo, pasa algo parecido en el resto de CyL. Cuando
hace unos años era yo quien buscaba información desesperadamente comprobé que
en Burgos no había ninguna plataforma ni organización LGBT, y solo pude
conseguir información por internet, porque ni siquiera la pediatra del niño tenía
ni idea de transexualidad. Solo la orientadora del centro donde estudiaba mi hijo me ayudó pasándome unos
enlaces de internet. De esa manera encontré a Chrysallis, y. a partir de ahí,
todo empezó a encajar y pudimos ayudar a mi hijo. Esto ha cambiado un poco, en
los últimos años el colectivo trans se está visibilizando, y las familias de
los niños y niñas trans también estamos dando guerra, de modo que hay más
información. Burgos es una ciudad pequeña y el miedo al rechazo social pesa
mucho, pero he de decir que en estos años que he sentido más aceptación y
respeto que rechazo. Por eso pensamos que había que llenar ese hueco, queremos
que las familias que tienen un niño o niña trans no se vean solas, otras hemos
pasado por las mismas situaciones antes
y podemos ayudar a que el camino sea más
fácil. En distintas comunidades autonómicas se han ido aprobando leyes que dan
respuesta a las necesidades de la comunidad LGTB, en CyL también se trabaja en
la elaboración de una. Lo que no es de recibo es que un niño o una niña tengan
distintos derechos dependiendo de si viven en Andalucía, Cataluña, Galicia o
Castilla y León. Necesitamos una ley integral a nivel estatal que equipare los
derechos de tod@s, no puede ser que las familias piensen en trasladarse de
comunidad autónoma para que sus hij@s puedan vivir con normalidad.
E.N.- Existe una gran polémica en
que los temas de la gente trans los trate la gente trans. Vamos, que hablen por
ellos mismos/as. Pero eso, en cierto
sentido, os excluye también a las familias. ¿O crees que esa visión tan sesgada
no favorece a la causa?
R.R.M.- Si, la polémica
está ahí, yo siempre pienso que es mucho mejor escuchar al colectivo en primera
persona porque además es lo lógico, pero pasa una cosa, nuestxs hijxs son
menores, no pueden hablar por ell@s mism@s, y somos sus familias las que
lidiamos con las dificultades que se nos presentan. Resulta que muchas veces
las demandas de las personas trans mayores son para sus vidas de adultxs.
Nosotros luchamos más específicamente por las cosas de los peques, protocolos
en educación, reconocimiento de su identidad en la documentación, tratamientos
con bloqueadores hormonales o por ejemplo, algo que puede parecer de poca
transcendencia pero que no lo es, como
que puedan practicar su deporte favorito con su identidad y en el equipo
que les corresponde. Cosas que van a hacer que su personalidad pueda
desarrollarse sin entrar en constante conflicto con el entorno. De verdad que
no pedimos cosas raras. Me he dado cuenta que en esto del activismo hay intereses
políticos y luchas de egos que no llevan a ninguna parte. Puesto que luchamos
por la misma causa, deberíamos ir de la mano. En Burgos paradójicamente, al no
haber ahora asociaciones LGTB como tales, cuentan con nosotros para tratar
estos temas a nivel municipal y efectivamente me da rabia que no haya
representación en primera persona. Espero que las nuevas generaciones se
impliquen más en la defensa de sus derechos.
E.N.- Noto que en generaciones ha
habido cambios. Pero no hace tanto que poca gente LGTB de provincias contaba
con el apoyo del entorno y en cambio recibía muchos mensajes negativos. Ahora
hay mucha información pero muchas veces confusa o sensacionalista. ¿Crees que
deben ser los propios adolescentes o jóvenes los que elijan? Porque a veces los
filtros pueden ser equivocados o contraproducentes.
R.R.M.- Si, como te decía ahora hay más información y
las cosas poco a poco van cambiando. Pero es cierto que la información que se
ofrece a veces no es la mejor. A la prensa le interesa un titular, y si puede
ser sensacionalista. En ocasiones en entrevistas me encuentro que lo que
quieren es que les cuenten lo terrible de la vida de nuestrxs niñxs, los casos
más duros, anécdotas cuanto más feas mejor. Cuando se les cuenta que lo que
estas personas necesitan es básicamente el reconocimiento de su identidad y que
la mayor parte de nuestros peques llevan vidas completamente normalizadas no
les interesa. Realmente el monstruo no
es sólo quien les insulta por la calle o quien les agrede. El monstruo es una
sociedad que no acepta su existencia y el riesgo mayor es el de suicidio de
nuestros adolescentes por esta causa. En cuanto a la información que
circula por la red, hay de todo, pero ha sido de gran ayuda para muchos
chavales el tener acceso a tanta información,
a ser ellos mismos quienes se expresen y encuentren iguales con quienes
compartir y también para muchas familias que sin internet estarían perdidas aún
preguntándose qué le pasa a su pequeñx. Sobre los filtros, a veces el peor
filtro está en su propia casa, con una familia que no los acepta. Por último la experiencia me ha enseñado que
en cuestiones de género, al menos hasta hace poco, daba igual que la gente
fuera de izquierdas o de derechas, con algunos matices, claro está. Esto va
cambiando pero nunca seremos la primera causa de la lista en ningún programa
político ¿Cómo crees que es posible hacer ver la interseccionalidad y la
urgencia de las luchas por la diversidad y el reconocimiento de las todavía
llamadas “minorías sexuales”? Desde la política como te decía antes se
están haciendo muchos avances, impulsando leyes que reconozcan los derechos de
la comunidad LGTBI+, no por iniciativa de los partidos, sino porque desde el
activismo se está llevando una gran lucha. La diversidad sexual está ahí, no se
puede obviar, la gente está perdiendo el miedo, las nuevas generaciones se
rebelan contra el binarismo, haciéndose visibles y demostrando que hay formas
diferentes de ser hombre o mujer. Es una realidad, no una opción ni una moda. A
esto está ayudando la visibilización de los menores trans. Y sÍ, es urgente que
se adopten medidas. Como sabes yo te hablo de menores, y el mundo de los
mayores va despacio. Mientras se desarrollan todas estas políticas, leyes,
protocolos, etc, estxs niñxs tienen que vivir y crecen deprisa y lo que para un
adulto es un mes hasta la próxima reunión, son treinta días que ese peque tiene
que pasar de uno en uno, enfrentándose a la dificultad de no verse reconocido
en algo tan importante como su identidad. Teniendo que justificarse ante
perfectos desconocidos, explicando por qué su nombre o su aspecto no coincide
con lo que pone en sus documentos. Quedan expuestos, su derecho a la intimidad
es constantemente vulnerado. Claro que tenemos prisa, la infancia y
adolescencia de una persona determina su futuro. Aun teniendo el apoyo de su
entorno cercano, el que su identidad sea cuestionada constantemente puede hacer
su vida muy difícil. Me da mucha rabia
ver como los políticos llenan sus bocas de palabras de apoyo al colectivo, como
se ponen corriendo en la foto, pero a la hora de la verdad todo son largas, y
el tiempo pasa de reunión en reunión.