Tomado de "Diario de un Ateo"
Llevamos
varios días en los que los biempensantes hispanos se rasgan las vestiduras
porque en la cabalgata de Reyes de Puente de Vallecas va a desfilar una carroza
a favor de la tolerancia. Y por ello quisiera dejar constancia de algunas
reflexiones que he ido compartiendo en las redes sociales.
Primero,
en un país en donde prácticamente no pasa un día que un obispo insulte a
homosexuales, divorciados, parejas de hecho, lesbianas, madres solteras, ateos
o transexuales resulta que lo intolerable es que una carroza defienda la
igualdad de todos y la normalidad social.
Segundo,
esos mismos católicos que se indignan porque una drag queen pueda ir en una
cabalgata bien podrían darse cuenta que a otros muchos nos indigna ese atentado
contra la cordura que es creer que una judía fornicó con una paloma sideral
para engendrar un nazareno extraterrestre que debía inmolarse para aplacar la
ira de una zarza ardiente por un pecado frutal cometido por indicación de una
serpiente parlante. Y lo malo es que quien cree esta sarta de estupideces no
son niños de 5 años, sino adultos hechos y derechos algunos de ellos con
importantes responsabilidades políticas, individuos tan claramente infradotados
en su desarrollo intelectual que quizás deberían estar tutelados por un juez
ante manifiesta incapacidad mental.
Tercero,
ahora resulta que los reyes magos que viajan en barco o avión, la presencia de
Bob Esponja o Pepa Pig y la carroza de El Corte Inglés son parte de la
tradición católica del día de Reyes porque parece ser que así lo afirma los
Evangelios de San Marcos o San Pablo. ¡Hay que ver lo escrupulosos que se ponen
los católicos con algunas cosas, cuando bien debieran mantenerse más que
calladitos puesto que todas sus tradiciones o son reescrituras de mitos
precristianos o directas invenciones de algunos de sus más disparatados miembros.
Y
cuarto, adoctrinar niños es inculcarle desde pequeños el miedo al pecado porque
allí "arriba" hay un ser que les quiere mucho pero que si se
masturban, mantienen relaciones extramatrimoniales, se declaran homosexuales o
lesbianas o incumplen cualquier otra "ley" de la absurda moralidad de
unos analfabetos de tiempos pasados acabarán pudriéndose por toda la eternidad
en el infierno. En resumen, que los primeros que deben dejar a los niños que
vivan una vida feliz y sin miedo son esos católicos tan "preocupados"
porque los pequeños puedan ver a un transexual.
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