Hace dos años que entró en vigor la Ley de Seguridad Ciudadana también conocida como 'Ley Mordaza'. Dos años ya desde que entró en vigor la Ley Mordaza recortando nuestros derechos y libertades.
La ciudadanía organizada a través de la
plataforma ‘No Somos Delito’ continuamos mostrando nuestro más profundo rechazo
a una ley que atenta contra nuestros derechos civiles y libertades. Las
trabajadoras del sexo, están afectadas doblemente, en primer lugar como ciudadanas
y, en segundo lugar, por la actividad que desempeñan. Por tanto, también alzan
su voz para protestar contra una legislación que se ceba especialmente con
ellas a través de sanciones específicas contra el trabajo sexual.
Dos años ya que Delegación de Gobierno hace caso omiso a las graves consecuencias que la Ley Mordaza está teniendo sobre las trabajadoras del sexo del Polígono de Villaverde. Consecuencias que no nos cansamos de repetir.
Dos años ya que Delegación de Gobierno hace caso omiso a las graves consecuencias que la Ley Mordaza está teniendo sobre las trabajadoras del sexo del Polígono de Villaverde. Consecuencias que no nos cansamos de repetir.
La
nueva estrategia de Delegación de Gobierno para invisibilizar la
criminalización de las trabajadoras del sexo y no seguir empañando una imagen
ya de por sí cuestionada, es no ofrecer cifras oficiales sobre el número total
de multas interpuestas a prostitutas a través de la Ley Mordaza. Según el
Ministerio del Interior, en los últimos 18 meses han sido multadas 329
prostitutas según el artículo 37.5 que penaliza la exhibición obscena. Lo que
se omite al dar estos datos es que la mayoría de las multas a trabajadoras del
sexo se llevan a cabo a través del artículo 36.6 que penaliza la desobediencia
a la autoridad. Esto supone que las
cifras reales asciendan a un número notablemente más alto pero que no podemos
conocer ni analizar debido a la evidente estrategia de ocultación de Delegación
de Gobierno.
Dos
años ya son demasiado tiempo. Demasiado tiempo de violencia institucional.
Demasiado tiempo para la falta de respuesta ante las repetidas denuncias de abusos
policiales. Demasiado tiempo de silencio ante una vulneración de derechos
humanos en la ciudad de Madrid.
Dos
años ya reclamando la derogación de una ley que, lejos de resolver problemas
sociales, los agrava. Y no dejaremos de hacerlo, no dejaremos de insistir en
que la seguridad de la ciudadanía en general y de las trabajadoras del sexo en
particular nada tiene que ver con leyes que criminalizan derechos
fundamentales.
Es fundamental reconocer los derechos de
las trabajadoras del sexo y que puedan trabajar en un espacio seguro sin
molestar ni ser molestadas.
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