Estampa triste para un NO-DO tardío
Por Eduardo Nabal
La España que hiela
el corazón se ha superado a sí misma. No solo deja libres a corruptos de alto standing,
parientes de monarcas, antiguos torturadores, narcos de altos vuelos, banqueros
y evasores, sino que por si cabía alguna duda de la ceguera o el desequilibrio
mental de la justicia que se imparte, se condena a una joven a un año de
cárcel, siete de inhabilitación y a pagar las costas de un juicio por poner en
un twit con algo que ya dijeron Tip y Coll en sus chistes sobre Carrero Blanco
"asaltando los cielos".
Tiempos de miedo a
opinar, a pensar, a discrepar, a decir la verdad ... Pero la cosa no queda ahí,
el juez fascista se ha dirigido a Casandra, mujer transgénero, en todo momento
por su anterior nombre masculino, por si cabía alguna duda de la forma de
"no pensar" ese buitre o gaviota con toga. Helados en un país sin
memoria, dominados por una maquinaria postfranquista, beata e hipócrita,
todavía apoyada por un pueblo sumido en la apatía y el descanto ya va siendo
hora de que alcemos nuestra voz y retomemos las calles.
Hoy es el día de la
visibilidad trans, ese juez ha cometido el crimen de hacer invisible la
diferencia de Casandra mientras la ningunea, señala y condena al ostracismo
social, por mofarse de sus ídolos, sus monstruos y sus bestias genocidas, esas
que ellas permiten honrar vejando la memoria de miles de muertos.
Si, todas somos hoy
Casandra. Porque si bien podemos, o no, haber pasado todas por lo mismo en
estos últimos años de estafa y espolio de lo público, hemos sentido, por activa
o por pasiva, ese miedo contagioso a que la derecha en el poder haga uso de sus
armas más viles contra nosotras, armas como la Ley Mordaza, la violencia
policial, la instrumentalización judicial, la privatización del pensamiento, instrumentos
de terror para devolvernos a esos tiempos más oscuros que nunca se fueron del
todo.
Una vez más nuestro
miedo vuelve a ser su fuerza y la profecía de la Europa tomada por una
derechona como la nuestra es la peor de todas las profecías.
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