La primera biografía del historiador Jorge Reverte, centrada en una figura poco conocida de la historia del siglo XX, es, como toda su obra, un libro riguroso, documentado y de estremecedora sinceridad. La narración se sitúa en su mayor parte en la contienda española, como siempre en los libros de Reverte, visto del lado de los perdedores, con una furia antifascista y belleza incontestables. Esos perdedores que aún buscan su página en la geografía de este país turbulento y maltratado. Famosos poetas que desfilaron por allí como W.H. Auden ponen la nota de contraste a los soldados anónimos o a los muchos voluntarios (periodistas, escritores, sindicalistas, obreros, cronistas) que fueron a una guerra que no interesó en exceso, y salvo nobles excepciones, a los llamados “aliados” o “fuerzas democráticas, y que supuso una larga dictadura que, en cierto sentido, nunca ha acabado de terminar, como hemos podido comprobar recientemente. Pero “Guerreros y traidores” inspirada en la vida de William Aalto tiene una segunda parte que se desarrolla, sobre todo, en EEUU donde algunos de esos hombres y mujeres (Alvah Bessie, Lilian Hellman, Dalton Trumbo-Johnny cogió su fusil- y el propio Aalto, todos ellos escritores en ciernes aunque de diferentes estilos y logros y curtidos en el mundo del periodismo ) deben enfrentarse de diferentes formas a la caza de brujas desatada por el siniestro senador McCarthy y al espionaje del FBI orquestado por el siniestro Hoover.
La homosexualidad tapada (aunque él no la oculto casi nunca, a pesar de los tiempos y la construcción heroica del guerrillero) de Aalto y de algunos sus amigos y/o amantes le va a costar cara cuando incluso sus “camaradas” de partido lo alejen de todos los frentes debido a su amor a los muchachos y los hombres y su negativa a encerrarse en el armario de la época, un armario lleno de rojos y gente LGTB que empezaba a asomar en medio de una "guerra fría" que helo a una generación entera . Que las divisiones internas en la izquierda española siempre han favorecido al fascismo neoliberal es algo que volvemos a ver estos días pero Reverte se atreve a hablar con sinceridad de la asignatura pendiente de muchos espectros sociopolíticos, también los de izquierdas, unidas o por separado.
El protagonista del valiente libro de Jorge M. Reverte estuvo acompañado en su guerra contra el imparable avance del fascismo en España, que era un experimento sobre el poder de la dictadura pero estuvo más bien solo en su batalla contra los fascistas de la postguerra, porque estaba en las listas negras aunque no era conocido y respetado en su profesión de columnista y literato todavía comprometido con los ideales comunistas por los que se dejó la piel en España. Aalto, de carácter irascible, difícil y temperamental, intentará brillar como escritor haciendo poesía revolucionaria pero solo será una sombra con la ocasional ayuda y protección de su viejo amigo Auden, autor del mítico y desgarrado poema “Spain” (ya emblemático en la cultura mundial sobre la guerra y sobre el estado español).
El rechazo de los “comunistas puros” hacia la entonces llamada "desviación burguesa", “degeneración ideológica” o “flaqueza espiritual” de Aalto lo empujan aún más al ostracismo, el refugio en el alcohol y las juergas o reyertas callejeras que no siempre acababan felizmente aunque el origen fuera el buscar compañía masculina en un “tiempo maldito”, como diría el realizador Javi Larrauri. Un libro imprescindible para aquellos que, de verdad quieren rescatar la memoria histórica (con mayúsculas pero también con "minúsculas"), algunos trapos sucios, heridas o cicatrices, abrir fosas y, sobre todo, tener en cuenta sus muchos daños colaterales para una reflexión sincera y profunda y con vistas a una renovación del imaginario machista todavía vigente en un sector de la izquierda por estos lares. Aalto va a morir de leucemia, solo en un hospital público, ya con muy poca gente a su lado, con más enemigos que amigos, aunque con una trayectoria tan dura como apasionante desde el punto de vista personal e histórico. A este respecto me limito a citar las palabras finales de este importante y ameno libro de Reverte que a pesar de su solidez y lúdica agilidad de los personajes y las situaciones -revividas con tesón-deja una sensación de amargura, desolación, ironía, desencanto y una seca tristeza
“Schuyler, su gran amor, su primer amante, no ha sido capaz de ir verlo mientras agonizaba, porque no soporta la visión del dolor. Bill, en todo caso, tuvo su momento, cuando era un chico encantador, y no la versión salvaje de Rodolfo Valentino en que se convirtió. Schuyler sueña a menudo con él, pero con el Bill que era antes de convertirse en una figura de terror ¡Cuidado con los finlandeses, se vuelven asesinos cuando beben! Ha sido enterrado en la sección Y del cementerio, en una tumba con el número 2655.”
"Como un guerrero. Aunque no estuvieran allí los camaradas de España. Los que lucharon junto a él. Tan solo un par de sus amigos maricones"
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