Para
imaginar hay que tener memoria. También para luchar y avanzar. Esa es la
conclusión del ensayo del joven autor, escritor y activista, Ramón Martínez.
“Lo nuestro sí que es mundial” (Editorial Egales) es uno de los recorridos más
completos y complejos al activismo LGTB+ (aunque el propio autor no se siente
cómodo con esta sopa de letras, que parece haber desactivado muchas cosas) en
el Estado Español desde los tiempos del pecado nefando condenado por el “perro
puritano” hasta los días del World Pride y el Orgullo Indignado pasando por la
derogación de la Ley de Peligrosidad Social, las polémicas en torno a las
parejas o el matrimonio, las distintas líneas de combate, la intolerancia
eclesiástica, la llegada del VIH, la lucha contra la violencia o la transfobia,
los giros dentro del movimiento feminista o lésbico, la llegada del movimiento
queer y un largo etc. El autor, cuya posición se nos escurre un poco desde un
didactismo algo aséptico y neutral pero límpido, se entrevista con nombres
clave en el activismo por estos lares como Jordi Petit, Eugeni Rodríguez, Carla
Antonelli, Mili Hernández, miembros
destacados de EHGAM, del movimiento Lésbico de los ochenta y noventa, de nuevos
y no tan nuevo colectivos para trazar un recorrido que el mismo reconoce
incompleto pero bastante exhaustivo sobre los muchos frentes abiertos en las
luchas por la diversidad sexual en el Estado Español, con nombres y apellidos y
sin ellos. Martínez tiene claro que “son todos los que están” aunque “no están
todos los que son” y su proyecto sigue
abierto pero “Lo nuestro sí que es mundial” (título sacado de una vieja
pegatina del activismo de “La Radical Gai”) es un libro a la vez ameno y
riguroso, lleno de recovecos, indagaciones, culto y escrito con inteligencia y
precisión logrando una envidiable coherencia interna en su exposición de una
historia de historias muchas veces tan expuesta a la paradoja. Un recorrido a
la vez ameno y carente de simplismo por la memoria de una lucha que sigue viva
como vivas son las líneas de “Lo nuestro sí que es mundial” un libro histórico
que se lee como lo que es: la historia de una aventura colectiva, escrita con
verdadera pasión. Con prólogo de Alberto Mira, otro memorialista de excepción,
el libro de Martínez está dedicado a “los herman@s invisibles” y sin duda
constituye (a pesar de sus descompensaciones, lagunas y huecos por llenar) un
eje fundamental en esa memoria siempre fragmentaria que nos permite seguir
avanzando con mayor lucidez y entusiasmo.
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