Identidades racializadas:
Kahil, nacido en Marruecos nos habló en Madrid en el Centro Social
Autogestionado “La Kúpula” de su experiencia, su trayectoria y también de cuerpo
atravesado por espacios y opresiones interseccionales. Desde su posición como árabe en una
familia a la vez conservadora y perteneciente al área “modernizadora” de la
zona hasta su llegada a España pasando por Francia y EEUU. Nos habló de las
dificultades de afrontar la homofobia familiar y también de su interiorización
del racismo ambiental en el "apartheid" no solo en su propio país sino, de forma
particular, en el internado francés donde estudió. Viajó al corazón de Nueva
York donde conoció a personas de distintas razas y también gente de identidades
sexuales no binarias. Allí también fue consciente de la dificultad para
“desear” a personas de su misma raza y del racismo institucional estadounidense.
Algo que se invertiría al sufrir cierto racismo en lugares como Chueca y
también de su evolución política y su toma de conciencia colonial que ahora
siente como clave en su trayectoria pasada y presente.
Cuerpo,
memoria, raza, lugares, queer. Todos estos elementos se entrecruzan de forma
alternativamente violenta, creativa y saturada de afectos, en una persona que
aprendió francés, árabe y se ha lanzado a contarnos en castellano su compleja
trayectoria. Kahil nos habló de la homofobia en algunas zonas de su país pero,
sobre todo, de la necesidad de que sea las propias personas marroquíes las que
articulen sus propios discursos, poniendo también el ejemplo del feminismo
blanco y colonial y sus efectos en su país de origen, así como del simplismo de algunos discursos de "la izquierda" tradicional sobre la raza o el homonacionalismo en Europa. Como las categorías
modernas y occidentales muchas veces "universalizadoras" sobre la homosexualidad o el género no tienen en cuenta la
complejidad de la experiencia y diversidad dentro de los pueblos y su amplio
recorrido histórico denunciando el neocolonialismo epistemológico también en el
estado español hacia las llamadas “comunidades árabes”. El pasaporte, la
corporalidad, la raza, las comunidades universitarias conversadoras y con tintes fascistoides en algunos países
de occidentales que parecen haberse apropiado del término queer en ocasiones de forma racista y
despolitizada. También nos habló de como "el exilio a las grandes ciudades" le sirvió
en su camino de autoaceptación y lucha, en su toma de conciencia de la
interseccionalidad de las opresiones (sexuales, raciales, de género, fronteras
que se abren y se cierran como espacios de bloqueo y posibilidad…) y en su
estancia final en el estado español con su renovada forma de mirar el mundo. Uno concede a Kahil el derecho a la palabra y su subjetividad sobre el homonacionalismo colonial, como a gente de la talla de Brigitte Vasallo. No así en el caso de algunos internacionalistas de provincias que no han abandonando el machismo de provincias y ya están hablando de los derechos LGTB en lugares lejanos del mundo.
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