Por Eduardo Nabal
No
estamos en un país que pueda presumir de su “clase política”, por llamarla de
algún modo. Ni siquiera de su libertad de expresión o asociación. Tampoco de la
limpieza de sus fuerzas vivas. Pero la elección de Putin por requetemayoría
absoluta me parece, al menos en términos cuantitativos, una noticia pésima y
esperable/temible. Esperable porque el actual “emperador” de Rusia se ha hecho
con los medios, llegando a asesinar (en emisoras mientras trabajaban) a quienes
se le ponían por medio. Pero pienso en Siria y el pueblo sirio, en Chechenia,
en la atemorizada población LGTB rusa, en los incontables periodistas que ya
han tenido que abandonar el país, en unos mundiales que se enuncian con el rojo
de la sangre de los muchos muertos que dejan este señor y sus múltiples
secuaces. ¿Es Putin con la “actual situación sociopolítica” que vive Rusia
realmente elegido? Ya es lo de menos. Lo más triste es que nadie en la UE tenga
el poder y la gloria de plantarle cara más allá de algún gesto discreto, los
que acuden a ganar medallas allí donde degollan a otros por expresar sus
opiniones en público, una población que, como cada vez más por estos lares, está
cercada por múltiples panópticos de control social y policial con el apoyo
además de una Iglesia ultraortodoxa, ultrareaccionaria y de un triunfalismo a
la vieja escuela.
En la masacrada Chechenia, maltratada por el ejército ruso y
ahora gobernada por un cretino, se han construido campos de concentración para
gays. Ahora el señor Putin se pone y dispone a invadir y bombardear las ya
maltratadas tierras donde trata de sobrevivir la población Siria, entre otras.
Miles de muertos en Siria, apuntalamiento de los conflictos religiosos, pulsos
continuados con su colega Mr Trump. Presumiendo como un henchido madel-man a la vieja usanza el Emperador no es
Rojo por otra razón más que por la sangre que deja dentro y fuera de su país
cada mes, cada año, cada semana. Desde aquí animo con cierta desazón al boicot
a otras olimpiadas de la vergüenza, a un país que imita lo peor del capitalismo
salvaje, cainita y tardío y las viejas formas de las dictaduras donde se unen
todos los poderes fácticos. Váyase señor Putin, muchos darían su vida por ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario