Los discursos en torno al VIH y el sida no suelen estar presentes en las
manifestaciones artísticas contemporáneas, a no ser que éste devenga de la propia
experiencia del artista como individuo afectado biológicamente por la
enfermedad o de exposiciones y eventos culturales con motivo de la
conmemoración del 1 de diciembre, día mundial de la concienciación sobre el
sida. Este desinterés por parte de los creadores es proporcional al que
manifiestan otros sectores sociales que todavía ven esta enfermedad como algo
que no les corresponde, que les es lejano –temporal y contextualmente-, y de
alguna forma, ajeno; que está destinado a invadir otros cuerpos que viven fuera
de los cánones establecidos –equivocadamente- como normales.
La enfermedad es algo que siempre permanece en los
márgenes, también en los de la representación. Inmersos en un continuo
mediático y social en el que la salud es un valor de producción y el lugar
donde los cuerpos deben situarse obligatoriamente, la presencia de la
enfermedad es cada vez más escasa. Parece que, ese lado oculto la vida, sale a
la luz únicamente como manifiesta amenaza social. Una viralidad maligna que
consigue alarmar a una población adormecida y ensimismada que sólo despierta
cuando dicha amenaza es convertida en un elemento comunicativo viral.
La enfermedad y su enunciado están impregnados de
metáforas que estigmatizan tanto a quienes están viviendo un proceso patológico,
como a la palabra misma que nombra este estado biológico. Des-estigmatizar la
palabra, las representaciones y metáforas que arrastra, y hablar de la
enfermedad como proceso de vida, también es uno de los objetivos de este
proyecto y de la obra que, desde hace más de veinte años, llevo elaborando.
Proyecto
Sida Social / 6.Mislata (2016) es un dispositivo que pretende generar preguntas a
la ciudadanía de Mislata sobre diversos aspectos del VIH y del sida; preguntas
todavía necesarias después de más de 30 años desde la aparición de esta
infección. También este proyecto se entiende
como un mecanismo para seguir trabajando en la comprensión, valoración y
conocimiento del VIH/sida y sus consecuencias sociales y culturales.
La estrategia de actuación que se ha desarrollado para esta
versión es similar a otras anteriores, tanto en su procedimiento como en los
espacios públicos que forman parte de esta expansión. Éstos no se entienden
como posibilidades de emplazamientos en los que se podría exponer una obra,
sino como una red adecuada e idónea para la presentación de propuestas que
incidan en lo social.
La estructura de este proyecto se basa en la abolición del
espacio expositivo como un lugar concreto y delimitado al que los interesados
deban acudir y, por el contrario, se crean multicentros de atención y enunciado
que dispersan el proyecto en distintos espacios institucionales, culturales y
asociativos de Mislata.
Esta dispersión no puede darse si no se
produce una vinculación con diversas instituciones. De esta forma se
realizarán actividades concretas en lugares distintos, pretendiendo llegar “más
lejos” y a más personas; personas que no esperaban encontrarse “aquello” en
este lugar.
Una vez analizado el mapa socio-cultural de la ciudad de
Mislata, se han ido configurando los distintos lugares idóneos, apuntando las
actividades que podrían surgir como consecuencia de las sinergias generadas
durante los procesos previos y las conversaciones.
En algunas
ocasiones he trabajado con el lazo rojo, símbolo de la solidaridad con las
personas afectadas por el VIH. En Proyecto
Sida Social / 5.Palma (2009), se convocó una rueda de prensa con el
objetivo de dar a conocer las actividades que iban a realizarse. Aparentemente se trataba de una rueda de prensa habitual. Pero, después de
presentar el proyecto, se anunció que se iba a hacer un reparto de lazos rojos
conmemorativos del Día Mundial de la Lucha contra el Sida. En realidad se les
propuso a los medios y a los distintos miembros de las asociaciones allí
presentes que participaran en una "acción" que, bajo el título De
la solapa al estómago, consistía en que los periodistas que asistían a la
rueda de prensa se “comiesen” el lazo rojo.
La
solidaridad y el compromiso con el VIH/sida, que siempre se ha representado con
el lazo rojo, pasa de la solapa, de la superficie visible del cuerpo, al
estómago. Así, como metáfora del alimentarse, la solidaridad, el compromiso y
el apoyo a los afectados por esta enfermedad se trasmite de forma nutritiva
mediante la “digestión” por todo el cuerpo, desde dentro hacia fuera. Los lazos
eran de regaliz.
En el
Ayuntamiento de Mislata se ha realizado una intervención en uno de los pilares
exteriores titulada Fingido rojo.
El pilar, que es uno de los cuatro que sostiene la estructura del edificio por
la parte delantera, aparece recubierto en su totalidad por una maraña de lazos
rojos, como una segunda piel que recubre el sustento de este edificio donde
poder se representa.
Es bien conocido que, en los últimos años, las políticas públicas para
el sida han ido mermando. Incluso los planes autonómicos y nacionales están
desapareciendo, y esto es un síntoma, no solamente de la crisis -como se ha
querido justificar-, sino de la indiferencia ante este problema de salud
pública. Sin embargo, no hay ni un día 1 de diciembre que la clase política no
luzca el conocido lazo rojo en su solapa, manifestando superficialmente la
solidaridad que no se necesita; una solidaridad, en muchos casos, fingida y
“roja”, ya que estas mismas personas posiblemente voten en contra de planes,
leyes o iniciativas que mejorarían muchas de las situaciones que se siguen
produciendo y que su lazo en la solapa no ayuda a realizar. De alguna manera,
el poder también se sostiene con ficciones, se disfraza –como el pilar del
Ayuntamiento de Mislata- con lazos rojos de solidaridad que parecen estar en
sus estructuras de estabilidad, cuando realmente solo forman parte de una
superficie ficticia.
Tras el
análisis de las referencias bibliográficas del catálogo de la Biblioteca Pública
Municipal de Mislata, hemos tenido que re-direccionar el proyecto inicial
previsto. Antes de realizar esta investigación se había previsto hacer una
versión de la obra Primeras palabras,
una intervención en las estanterías de una biblioteca pública en la que se colocaron una serie de
portarretratos que contenían las primeras palabras de algunos libros
fundamentales para entender esta enfermedad. Esta especie de “primera hoja del
libro” evidencia las carencias que en el catálogo de la biblioteca existe sobre
bibliografía que trate el VIH/sida.
Pero este no ha sido el caso de
la biblioteca de Mislata. Su catálogo está bien nutrido de referencias sobre
esta enfermedad, tanto desde el ámbito del arte, como de la literatura y lo
sociología.
El poder de las palabras, un
título que he utilizado en otras ocasiones, consiste en la colocación de citas
-extraídas de algunos de los libros que forman parte del catalogo de la
biblioteca y otras de diferentes textos que no están presentes en dicho
catalogo-, pero no ya con la función de evidenciar las carencias, sino de
positivizar los contenidos que, quizás, queden ocultos entre los estantes, los
libros y sus hojas. Siguiendo la estrategia que muchas bibliotecas realizan y
que consiste en la creación de un “centro de interés” sobre ciertos temas, el usuario de la biblioteca
encontrará -entre los libros- citas y
textos presentes, visibles y ampliados, ocupando gran parte de los estantes;
haciendo de su presencia, un manifiesto sobre la necesidad de visualizar estas
problemáticas.
Uno de los
lugares en los que este proyecto va a intervenir es en el Centre Jove El
Mercat, con una interacción con grupos de jóvenes de Mislata usuarios de este
Centro. Éste cuenta con grupos estables de trabajo con los que, durante el
periodo de duración de la bienal, se va a trabajar a partir del concepto de
“corresponsabilidad”. Esta parte del proyecto va a hacer hincapié en la necesidad, todavía, de dotar de herramientas eficaces
a la juventud para prevenir la transmisión del VIH. Estas herramientas no
consistirán en la explicación de cómo se usa un preservativo, sino que se van a
tratar conceptos subterráneos en los temas de prevención, como son: la
autoestima de las mujeres, el empoderamiento para poder decir no a una relación
desprotegida o la falacia de la fidelidad cuestionando la construcción del amor
romántico y evidenciando el riesgo que provoca en muchas parejas con respecto a
la prevención y al cuidado.
A lo largo de todos estos años me he encontrado con muchas personas seropositivas
que no pueden hacer pública su situación. Y no la pueden hacer pública, no por
falta de voluntad, sino por miedo a las consecuencias que puedan producirse en
sus ámbitos laborales, sociales y afectivos. Este silencio obligado se lleva
como una carga más dura que la propia enfermedad.
El espacio
público es donde la representación y la permanencia de los símbolos se
establecen, casi siempre, de forma permanente. Todos queremos tener un lugar en
el espacio público, y todos reclamamos la legitimidad para participar en las
discusiones sobre sus usos y funciones. Espacio Reservado, es una serie de intervenciones en distintos
enclaves de Mislata que simulan la parafernalia que se utiliza para marcar
espacios que van a ser objeto de reparaciones o que deben quedar aislados por
algún tipo de circunstancia especial. La cinta de plástico de franjas blancas y
rojas está en nuestra memoria colectiva.
Con sólo verla identificamos que el espacio que acota está en una situación
de excepcionalidad.
Alrededor de diez enclaves se delimitarán e identificarán para
anunciar, irónicamente, la escasez de espacio público, es decir, la
imposibilidad de “estar”, para que las personas seropositivas puedan “hacer
públicas” sus circunstancias. Frases como: “Espacio reservado para
que las personas que viven con el VIH puedan encontrarse y hablar de sus
problemas comunes”. O “Espacio reservado para que las personas que viven con el
VIH puedan experimentar que la sociedad no les rechaza” podrán encontrarse
entre delimitaciones de espacio, tan pequeñas que son imposibles de habitar.
Mislata
Radio es una emisora municipal con una programación continuada dirigida a la
ciudadanía. En el programa Espacio Escénico, hemos realizado una lectura
teatralizada del texto del escritor chileno Pedro Lemebel. Se trata de un capítulo
del libro “Loco Afán. Crónicas de sidario” (1997), “Rock Hudson (o la
exagerada pose del astro viril)”. Una crónica mordaz y certera sobre la
apariencia y la realidad fingida de uno de los actores más deseados del cine
producido en Hollywood, que queremos confrontar ahora para comprobar la
vigencia de sus reflexiones.
Todos
estos trabajos que componen Proyecto Sida Social / 6.Mislata, no hubieran
podido realizarse sin una red de colaboradores compuesta por los profesionales
de las instituciones involucradas, como Maika Gimeno de Mislata Radio, Célia
Palatsi del Centre Jove el Mercat y al artista Cristian Gil Gil, que me ha
ayudado en la producción de todo este proyecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario