"En Francia todo se ha puesto en marcha como en 'la belle epoque'. Como si las guerras coloniales se reprodujeran de nuevo dentro de nuestras fronteras"
Por Eduardo Nabal
Graduado en Bellas Artes, ha vivido durante algún tiempo en nuestro país, donde ha organizado el archivo sobre la Memoria LGTBQ y una exposición acerca de este mismo tema, 'Dejá-Vu', en el Centro de Artes de Vanguardias 'La Neomudejar', de Madrid.
EDUARDO.NABAL.-
Hola Thibaut. Yo te he conocido trabajando con Francisco Brives para el Archivo
Neomudejar de Madrid, en concreto en una recopilación y exposición de
materiales sobre los activismos queer y feministas de los noventa ¿Nos puedes
hablar de la experiencia en Francia y lo que has podido recoger o ver reflejado
en el estado español a lo largo de esta experiencia?
THIBAUT
GAUTIER.- Realmente yo conocía mal las producciones ‘undergrounds’, los
queerzines franceses. Quizás estos archivos sí existen. Tengo una razón más
personal para mi ignorancia: he vivido durante mucho tiempo en una pequeña
ciudad de provincias antes de llegar a Madrid. Y, en esta pequeña ciudad, no
había colectivos, ni asociación, poca conciencia de las especificidades
regionales de cara a las luchas. Era un poco deprimente (si quieres hacerte una
idea de esta provincia francesa puedes leer el periódico de Francais Neaud
durante los años 90, nada ha cambiado desde entonces). Es lo que más me ha
llamado la atención en mis búsquedas en La Neomudéjar he encontrado publicaciones,
grupos de búsquedas, okupas, de colectivos en toda España. Estoy muy en deuda
con el estado español por esta visión menos nacionalista, menos centralista.
E.N.-
Francia parece hoy en día un lugar dado a la paradoja. De horizonte de
modernidad y convulsiones, casi de frontera sociosexual, vemos a miles de
francesas saliendo contra el matrimonio igualitario además de un retroceso que
no sabemos de dónde viene. También existe un crisol de razas procedente, entre
otros lugares, del Norte de África. La cultura, da esa impresión, va por
delante de la sociedad. ¿Qué nos puedes contar al respecto?
T.G.-
Cuando Hollande fue elegido, el matrimonio homosexual se encontraba en su
agenda política desde hacía mucho tiempo, a causa de la influencia de los países
vecinos, también a causa de las promesas de las campañas del PS… Pero en
realidad no se hizo una buena publicidad de todo ello. Era una reforma que no
costaba nada, solo cambiar unos párrafos de las leyes y con las políticas “de
austeridad” que trajo el PS desde que llegó al poder, esto le permitía dar una
buena imagen sin gastar dinero. Pero era hipócrita porque ellos no defendieron
la ley como debían y dejaron desarrollarse esa vergüenza que es la
“manifestación para todos”, una coalición reaccionaria diversa: católicos perdidos,
identidades machistas, homófobos de todo tipo, Se sabía que una parte de
Francia era muy conservadora, pero tales niveles de odio en el espacio público,
resultaban increíbles. Todas las pequeñas paranoias de género de estas gentes
salieron a flote y contaminaron a la sociedad entera. Todo el rechazo homófobo
francés, todo lo que no osaban decir, todo lo que ellos debían decir solo después del vino de una comida o en una
sobremesa, salió a la luz pública. Fue como en un filme que vi en España Siete días de enero. Hay un banquete de
franquistas. El espacio público se convirtió en un enorme banquete para los
fascistas franceses. Respecto a la cuestión racial, es complejo. Hay un nivel
de racismo muy elevado en Francia desde hace mucho tiempo. Los franceses
(blancos) han aceptado mal que los hijos o los nietos de los inmigrantes
reivindiquen sus derechos, que quieran salir de su catastrófica situación. Para
la mayor parte de los franceses blancos, incluso de forma inconsciente, existen
todavía jerarquías heredadas de la época imperial o colonial. Desde los
atentados en París, se ha desatado la locura. Los racistas pueden hablar
libremente. Y todo el aparato de estado, incluida la 5ª república, la policía
anti-criminal (la bac), el estado de urgencia, todo lo que viene directamente
de la guerra de Argelia, todo se ha puesto de nuevo en marcha como en ‘la belle
epoque’. Como si las guerras coloniales después de haber tenido lugar se
reprodujeran en el interior de nuestras fronteras o territorios.
E.N,.-
¿El avance de la extrema derecha ha tomado forma bajo el lepenismo, pero parece
que ahora existe, en apariencia, una oposición frente al temido Front
Nationale? ¿Te sientes capaz de aventurar o predecir algo sobre el futuro
electoral en un país a partir de las percepciones sociales?
T.G.-
Prefiero no aventurar nada sobre el futuro de mi país, incluso si yo soy
pesimista, porque simplemente las elecciones no son la cuestión. Se trata de un
sistema completo que es racista y homófobo. Por ejemplo se sabe que un 51 % de
los Policías han votado al Front Nationale (http://www.liberation.fr/direct/element/plus-de-50-des-policieres-et-militaires-ont-vote-fn-en-2015_28175/)
Es terrorífico. No veo cómo vamos a salir sino con una guerra o una revolución.
Pero soy muy pesimista.
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