sábado, 4 de marzo de 2017

DAVID ESTORNELL, REALIZADOR AUDIOVISUAL

"No todos podemos ser Michael Jackson o Surfjan Stevens, pero sí podemos hidratar este mundo con actos locales y no debemos rendirnos"

 

Por Eduardo Nabal






David Estornell es realizador audiovisual, actor y director profesional de teatro. Actualmente reside en Paris donde combina su investigaciones Doctorales (PhD) en  en semiótica cultural basado en el audiovisual, con trabajos outsiders y agencias mainstream, mientras se adapta a una ciudad que da la bienvenida a todo tipo de proyectos culturales y donde su condición de inmigrante no abre puertas. Me reúno con Estornell en un hotel alquilado por horas, lo cual me da una cierta idea del tipo de usuario que lo frecuenta, en el aeropuerto internacional de París-Charles de Gaulle.


EDUARDO NABAL.- Cuéntanos algo del difícil oficio de ser artista en estos tiempos y de algunas cosas que te han llevado al lugar en el que te encuentras ahora. ¿O lo de “cambiar de aires” no es nuevo para ti?

DAVID ESTORNELL.- No podría ser sólo artista y sobrevivir, a menos que seas Larry Clark, Dennis Cooper o  François Ozon,...aunque calculo que para ello me queda un máximo de dos años reales... (Risas), en serio, no bromeo. No sabes lo cara que es la cerveza en París, te agradezco que hayas traído unas cuantas. (Tira la lata al suelo enmoquetado, se descalza y abre otra.) Hay que reciclarse continuamente. Antes de llegar a Francia no hablaba nada del idioma, vine aquí por amor y después de un año, ya estoy cerca de un nivel B2, poco a poco...a la misma vez aquí, hay contratos de aprendizaje que consisten en realizar un contrato de inmersión mientras estudian y son remunerados por ello con el SMIC, según la edad y el año en el que entres. España debe aprender mucho de Francia en muchos niveles. No me mires así, los del servicio de limpieza están acostumbrados a limpiar cosas mucho peores, sé lo que digo... ¿de verdad debes regresar ya a España? Aunque aluciné este fin de semana en Valenciennes, al saber que la Iglesia Católica aquí en Francia es más rancia que la española, mucho más añeja. Predican en todo los lugares estar en contra de maricones como yo y contra la probada teoría de la evolución. Donde hay miseria, no hay escoba suficientemente grande que barra la sed de poesía de su población. Odio a las personas que sacrifican a otras con tal de tener una vaga sensación de seguridad, fíjate en los votante de derecha. Son todos igual, cortados por el mismo patrón, un patrón de maltrato en la infancia, es algo que estamos investigando.

E.N.- ¿En qué te estás reciclando? Has hablado de Dennis Cooper, es un escritor que me gusta mucho, entre otros y de ir a Paris por amor, ¿no es un topicazo para un tipo como tú?

D.E.- El viernes pasado estuve en un ágape lectura que realizó Dennis Cooper en la librería Berkeley Books en el distrito 6. Este hombre es hermoso en muchos sentidos, tiene una fama internacional que... (busca algo entre las dos libretas que ha dejado sobre la cama), dicen que Thomas Harris se basó en él para crear al personaje de Annibal Lecter, ¡wow! Cuando escuché esto me estalló el cerebro,...jajajaja...luego descubrí que era una historia verdadera. Conozco al señor Cooper desde hace más de una década, él fue mi primer editor con el célebre libro internacional de relatos Userlands, y puedo decirte que las obsesiones en su arte nada tienen que ver con el ser humano. Es un escritor y cineasta al que respeto mucho, no sólo por su autoridad literaria, sino por su incombustible generosidad, en cuanto a altruismo incondicional sólo conozco a mis padres y a mi pareja, son todo cuanto deseo ser.

Ah sí, lo del amor,...(risas) créeme que Erasmus ha creado más de 30 millones de familias verdaderamente europeas y es un programa que funciona. Me vine por amor, es cierto. Yo tenía un contrato firmado con la Universidad de Cincinnati para dar clases de español mientras hacía mi tesis, imagina. ¡Aquí en Paris no sale el sol nunca! (risas, veo como él mismo se encauza hacia otro tema) He aprendido de los sinvergüenzas que me he encontrado en España en el mundo del audiovisual, de tanto listo y turbio empresario de pandereta y ahora soy yo quién decide cómo, dónde y sobre todo cuánto, sí, como un chapero pero con los bancos y las distribuidoras...me fascina. Estoy a punto de formalizar una inscripción para ser productor audiovisual en esta ciudad. Siempre se me ha dado bien hacer de facilitador entre editoriales, comisarios de museos y artistas potenciales, nunca cobré por ello, ya es hora. Me muevo como un gato que huele las sardinas antes de que se abra la lata, ...digamos que estoy tirando de hilos y algunos contactos para financiar mis dos proyectos principales. Voy a lanzar mi primer largometraje en festivales de clase A y para ello hace falta algo a lo que soy reticente, un poco de exposición en los medios.

E.N.- Francia parece hoy un lugar dado a la paradoja. De horizonte de modernidad y convulsiones políticas, casi de frontera de desahogo socio-sexual para los españolitos reprimidos de una época, de pronto vemos a miles de franceses saliendo contra el matrimonio igualitario,  además de un retroceso que no sabemos de dónde viene. Podemos hablar de disturbios racistas o del asesinato de Clement Meric.  También hay un crisol de étnicas  procedente, entre otros lugares,  del Norte de África. La cultura, parece, va por delante de la sociedad, también en el cine y en el teatro  ¿Nos puedes hacer un resumen de todo esto?

D.E.­-Vayamos por partes, Paris es hermética, no es un cliché. Es una ciudad con códigos y es obvio que la sexualidad está en todos sitios. Una noche entré con mi pareja a un pub de Le Marais, con el suelo de cristal, abajo en el sótano había una orgía. Fue entrar  y salir. No me gusta. 

Aquí, en Paris, en el distrito 11 y el 14 salieron a  las calles por miles para protestar contra el matrimonio igualitario, su porqué  es manufacturado y perverso. Ellos creen que por el hecho de ser homosexual te vas a dedicar a abusar sexualmente de un menor que para colmo es tu hijo, sí ,sí, no me mires así. Este es el nivel y el Frente Nacional lo aprovecha muy bien. Le Pen, que es lesbiana, es un secreto a voces en este país, lidera un ideario explosivo donde, si gana este año, habrá una auténtica guerra campal con muertos, muchos muertos. A mí me pillará en medio. La novela de Michel Houellebecq Soumission se hará realidad si ella llega al poder y todo indica que así será. La gente usa las urnas para flagelarse, todo se debe a la pedagogía negra que han recibido de niños. Una educación basada en bloquear a los niños emocionalmente. Hay mucho trabajo por hacer. El año pasado vivía en el distrito 18, eso sí que es Bagdad. El tema de Meric es doloroso. Hay multiculturalidad y pobreza. Los atentados de Bataclán me pillaron muy cerca. No podemos venirnos abajo, además siempre nos quedará el anafranil, el magnesio o la cerveza ¿no?

Sólo te digo que los franceses protegen a los artistas vengan de donde vengan, protegen el legado cultural de todo el mundo y eso se nota cuando vienes al país. 

E.N.- ¿El avance de la extrema derecha ha tomado forma bajo el lepenismo,  pero parece que también existe una oposición que va tomando forma frente al temido neofascismo? ¿Te sientes capaz de aventurar o predecir  algo sobre el futuro electoral en Francia a partir de las percepciones sociales?

D.E.- Melechon es la clave y sé que en los medios españoles, esa maquinaria de fango protofranquista, no hablan de él. Es el único candidato con un programa a defender y los franceses comerán mucho queso sí, pero leen. Son personas cultivadas y reservadas. Melechon defiende una propuesta social de izquierdas, que desmiente el cuento para niños que arrastramos desde los años 80 del pasado siglo, de que la socialdemocracia salvará Europa, ¡mentira! Lo único que ha conseguido es convertir a la izquierda en una mascarada de rencores y títeres sin contacto con la población. De eso se ha aprovechado como nadie Le Pen. La diosa rubia con alma de serpiente, ella es mejor que su padre, vende arena en el desierto, hipnotiza pero es burda. Y sí, el campesinado de Francia es analfabeto políticamente hablando, muy español en eso. Muy mucho español, un vaso y un plato... si tuviera que predecir es que Hamon y Melenchon pactarán después de la segunda vuelta cuando Le Pen gane la primera. Así de oscuro veo el panorama.

E.N.- ¿Crees que Francia trata mejor que España a sus grandes talentos artísticos o hay algo de leyenda en eso de la envidia española?

En España no hay envidia, había grima por todo lo que signifique pensar, por suerte, no todo el mundo es así. Francia sí trata mejor a sus talentos y lo hace por ley. Es algo que no se plantea ningún partido actual. Hay que cambiar de paradigma, si quieres ser el más fuerte, ¡demuéstralo! Hazte fuerte haciendo fuerte a los demás, y se hace compartiendo, no hay otra solución posible. La juventud española, como la francesa, es muy distinta de todo lo anteriormente visto. Ellos son abiertos, permeables, nada dogmáticos, cultos, frescos, divertidos, obstinados y por desgracia, en muchos casos  emigrados. 

La leyenda de la envidia española pertenece al pasado, a unos adultos que pronto se jubilarán. Hay que hablar de bondad y valores humanos, de proyectos y esperanzas. En estos momentos estoy produciendo varios proyectos al mismo tiempo. Entre ellos quiero destacar la valiente labor que realiza el realizador Josep Llopis acerca de la visibilidad de género transexual en un mini documental que dará que hablar y que ostensiblemente, necesita apoyo. Se llama Soy Alex. Es un pequeño gesto que no se puede comparar con la titánica labor que lleva mi amiga la política y activista Carla Antonelli, pero que marca precedentes. No todos podemos ser Michael Jackson  o Sufjan Stevens, pero sí podemos hidratar este mundo con actos locales y en la medida de nuestras posibilidades, no debemos rendirnos. 

E.N.- ¿Crees que los derechos LGTBI se han vuelto moneda de cambio en estos momentos de crispación económica? Dentro de nada va a celebrarse el World Pride en Madrid y parece que el capitalismo salvaje lo mueve todo, gobierne quien gobierne?

D.E.- Mira, somos humanos y por tanto contradictorios. Buscamos aprobación, nos estiramos y nos constreñimos. Yo no rechazo mis fuentes religiosas. Rechazo el utilitarismo, el dogmatismo, la obcecación, el panfletismo, la enfermedad. Lo hablaba por mail en enero con el guionista Lance Black: no debemos luchar la lucha de otros. El tema de la identidad es complejo y hay que aceptar nuestra vulnerabilidad, en mi caso como hombre, para no caer en conductas tiránicas. Los derechos LGTBI han de ser la base de todas las personas, sobre todo las heterosexuales, porque debemos inflamarnos con tolerancia, respeto profundo y mutuo al prójimo y no dejar arder el mundo al otro lado de los muros que nos imponen algunos líderes con cara de zanahoria.

Web del Artista: www.estornell.com
 

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