"No todos podemos ser Michael Jackson o Surfjan Stevens, pero sí podemos hidratar este mundo con actos locales y no debemos rendirnos"
Por Eduardo Nabal
David
Estornell es realizador audiovisual, actor y director profesional de teatro.
Actualmente reside en Paris donde combina su investigaciones Doctorales (PhD)
en en semiótica cultural basado en el
audiovisual, con trabajos outsiders y agencias mainstream, mientras se
adapta a una ciudad que da la bienvenida a todo tipo de proyectos culturales y
donde su condición de inmigrante no abre puertas. Me reúno con Estornell en un
hotel alquilado por horas, lo cual me da una cierta idea del tipo de usuario
que lo frecuenta, en el aeropuerto internacional de París-Charles de Gaulle.
EDUARDO
NABAL.- Cuéntanos algo del difícil oficio de ser artista en estos tiempos y de
algunas cosas que te han llevado al lugar en el que te encuentras ahora. ¿O lo
de “cambiar de aires” no es nuevo para ti?
DAVID
ESTORNELL.- No podría ser sólo artista y sobrevivir, a menos que seas Larry
Clark, Dennis Cooper o François
Ozon,...aunque calculo que para ello me queda un máximo de dos años reales...
(Risas), en serio, no bromeo. No sabes lo cara que es la cerveza en París, te
agradezco que hayas traído unas cuantas. (Tira la lata al suelo enmoquetado, se
descalza y abre otra.) Hay que reciclarse continuamente. Antes de llegar a
Francia no hablaba nada del idioma, vine aquí por amor y después de un año, ya
estoy cerca de un nivel B2, poco a poco...a la misma vez aquí, hay contratos de
aprendizaje que consisten en realizar un contrato de inmersión mientras
estudian y son remunerados por ello con el SMIC, según la edad y el año en el
que entres. España debe aprender mucho de Francia en muchos niveles. No me
mires así, los del servicio de limpieza están acostumbrados a limpiar cosas
mucho peores, sé lo que digo... ¿de verdad debes regresar ya a España? Aunque aluciné
este fin de semana en Valenciennes, al saber que la Iglesia Católica aquí en
Francia es más rancia que la española, mucho más añeja. Predican en todo los
lugares estar en contra de maricones como yo y contra la probada teoría de la
evolución. Donde hay miseria, no hay escoba suficientemente grande que barra la
sed de poesía de su población. Odio a las personas que sacrifican a otras con
tal de tener una vaga sensación de seguridad, fíjate en los votante de derecha.
Son todos igual, cortados por el mismo patrón, un patrón de maltrato en la
infancia, es algo que estamos investigando.
E.N.- ¿En qué te estás reciclando? Has hablado de
Dennis Cooper, es un escritor que me gusta mucho, entre otros y de ir a Paris
por amor, ¿no es un topicazo para un tipo como tú?
D.E.-
El viernes pasado estuve en un ágape lectura que realizó Dennis Cooper en la
librería Berkeley Books en el distrito 6. Este hombre es hermoso en
muchos sentidos, tiene una fama internacional que... (busca algo entre las dos
libretas que ha dejado sobre la cama), dicen que Thomas Harris se basó en él
para crear al personaje de Annibal Lecter, ¡wow! Cuando escuché esto me estalló
el cerebro,...jajajaja...luego descubrí que era una historia verdadera. Conozco
al señor Cooper desde hace más de una década, él fue mi primer editor con el
célebre libro internacional de relatos Userlands, y puedo decirte que
las obsesiones en su arte nada tienen que ver con el ser humano. Es un escritor
y cineasta al que respeto mucho, no sólo por su autoridad literaria, sino por
su incombustible generosidad, en cuanto a altruismo incondicional sólo conozco
a mis padres y a mi pareja, son todo cuanto deseo ser.
Ah
sí, lo del amor,...(risas) créeme que Erasmus ha creado más de 30
millones de familias verdaderamente europeas y es un programa que funciona. Me
vine por amor, es cierto. Yo tenía un contrato firmado con la Universidad de
Cincinnati para dar clases de español mientras hacía mi tesis, imagina. ¡Aquí en
Paris no sale el sol nunca! (risas, veo como él mismo se encauza hacia otro
tema) He aprendido de los sinvergüenzas que me he encontrado en España en el
mundo del audiovisual, de tanto listo y turbio empresario de pandereta y ahora
soy yo quién decide cómo, dónde y sobre todo cuánto, sí, como un chapero pero
con los bancos y las distribuidoras...me fascina. Estoy a punto de formalizar
una inscripción para ser productor audiovisual en esta ciudad. Siempre se me ha
dado bien hacer de facilitador entre editoriales, comisarios de museos y
artistas potenciales, nunca cobré por ello, ya es hora. Me muevo como un gato
que huele las sardinas antes de que se abra la lata, ...digamos que estoy
tirando de hilos y algunos contactos para financiar mis dos proyectos
principales. Voy a lanzar mi primer largometraje en festivales de clase A y
para ello hace falta algo a lo que soy reticente, un poco de exposición en los
medios.
E.N.-
Francia parece hoy un lugar dado a la paradoja. De horizonte de modernidad y
convulsiones políticas, casi de frontera de desahogo socio-sexual para los españolitos
reprimidos de una época, de pronto vemos a miles de franceses saliendo contra
el matrimonio igualitario, además de un
retroceso que no sabemos de dónde viene. Podemos hablar de disturbios racistas
o del asesinato de Clement Meric.
También hay un crisol de étnicas
procedente, entre otros lugares,
del Norte de África. La cultura, parece, va por delante de la sociedad,
también en el cine y en el teatro ¿Nos
puedes hacer un resumen de todo esto?
D.E.-Vayamos
por partes, Paris es hermética, no es un cliché. Es una ciudad con códigos y es
obvio que la sexualidad está en todos sitios. Una noche entré con mi pareja a
un pub de Le Marais, con el suelo de cristal, abajo en el sótano había una
orgía. Fue entrar y salir. No me gusta.
Aquí,
en Paris, en el distrito 11 y el 14 salieron a
las calles por miles para protestar contra el matrimonio igualitario, su
porqué es manufacturado y perverso.
Ellos creen que por el hecho de ser homosexual te vas a dedicar a abusar
sexualmente de un menor que para colmo es tu hijo, sí ,sí, no me mires así.
Este es el nivel y el Frente Nacional lo aprovecha muy bien. Le Pen, que es
lesbiana, es un secreto a voces en este país, lidera un ideario explosivo
donde, si gana este año, habrá una auténtica guerra campal con muertos, muchos
muertos. A mí me pillará en medio. La novela de Michel Houellebecq Soumission
se hará realidad si ella llega al poder y todo indica que así será. La gente
usa las urnas para flagelarse, todo se debe a la pedagogía negra que han
recibido de niños. Una educación basada en bloquear a los niños emocionalmente.
Hay mucho trabajo por hacer. El año pasado vivía en el distrito 18, eso sí que
es Bagdad. El tema de Meric es doloroso. Hay multiculturalidad y pobreza. Los
atentados de Bataclán me pillaron muy cerca. No podemos venirnos abajo, además
siempre nos quedará el anafranil, el magnesio o la cerveza ¿no?
Sólo
te digo que los franceses protegen a los artistas vengan de donde vengan,
protegen el legado cultural de todo el mundo y eso se nota cuando vienes al
país.
E.N.-
¿El avance de la extrema derecha ha tomado forma bajo el lepenismo, pero parece que también existe una oposición que
va tomando forma frente al temido neofascismo? ¿Te sientes capaz de aventurar o
predecir algo sobre el futuro electoral
en Francia a partir de las percepciones sociales?
D.E.-
Melechon es la clave y sé que en los medios españoles, esa maquinaria de fango
protofranquista, no hablan de él. Es el único candidato con un programa a
defender y los franceses comerán mucho queso sí, pero leen. Son personas
cultivadas y reservadas. Melechon defiende una propuesta social de izquierdas,
que desmiente el cuento para niños que arrastramos desde los años 80 del pasado
siglo, de que la socialdemocracia salvará Europa, ¡mentira! Lo único que ha
conseguido es convertir a la izquierda en una mascarada de rencores y títeres
sin contacto con la población. De eso se ha aprovechado como nadie Le Pen. La
diosa rubia con alma de serpiente, ella es mejor que su padre, vende arena en
el desierto, hipnotiza pero es burda. Y sí, el campesinado de Francia es
analfabeto políticamente hablando, muy español en eso. Muy mucho español, un
vaso y un plato... si tuviera que predecir es que Hamon y Melenchon pactarán
después de la segunda vuelta cuando Le Pen gane la primera. Así de oscuro veo
el panorama.
E.N.-
¿Crees que Francia trata mejor que España a sus grandes talentos artísticos o
hay algo de leyenda en eso de la envidia española?
En
España no hay envidia, había grima por todo lo que signifique pensar, por suerte,
no todo el mundo es así. Francia sí trata mejor a sus talentos y lo hace por
ley. Es algo que no se plantea ningún partido actual. Hay que cambiar de
paradigma, si quieres ser el más fuerte, ¡demuéstralo! Hazte fuerte haciendo
fuerte a los demás, y se hace compartiendo, no hay otra solución posible. La
juventud española, como la francesa, es muy distinta de todo lo anteriormente
visto. Ellos son abiertos, permeables, nada dogmáticos, cultos, frescos,
divertidos, obstinados y por desgracia, en muchos casos emigrados.
La
leyenda de la envidia española pertenece al pasado, a unos adultos que pronto
se jubilarán. Hay que hablar de bondad y valores humanos, de proyectos y
esperanzas. En estos momentos estoy produciendo varios proyectos al mismo
tiempo. Entre ellos quiero destacar la valiente labor que realiza el realizador
Josep Llopis acerca de la visibilidad de género transexual en un mini
documental que dará que hablar y que ostensiblemente, necesita apoyo. Se llama Soy Alex. Es un pequeño gesto que no se
puede comparar con la titánica labor que lleva mi amiga la política y activista
Carla Antonelli, pero que marca precedentes. No todos podemos ser Michael
Jackson o Sufjan Stevens, pero sí
podemos hidratar este mundo con actos locales y en la medida de nuestras
posibilidades, no debemos rendirnos.
E.N.-
¿Crees que los derechos LGTBI se han vuelto moneda de cambio en estos momentos
de crispación económica? Dentro de nada va a celebrarse el World Pride en
Madrid y parece que el capitalismo salvaje lo mueve todo, gobierne quien
gobierne?
D.E.-
Mira, somos humanos y por tanto contradictorios. Buscamos aprobación, nos
estiramos y nos constreñimos. Yo no rechazo mis fuentes religiosas. Rechazo el
utilitarismo, el dogmatismo, la obcecación, el panfletismo, la enfermedad. Lo
hablaba por mail en enero con el guionista Lance Black: no debemos luchar la
lucha de otros. El tema de la identidad es complejo y hay que aceptar nuestra vulnerabilidad,
en mi caso como hombre, para no caer en conductas tiránicas. Los derechos LGTBI
han de ser la base de todas las personas, sobre todo las heterosexuales, porque
debemos inflamarnos con tolerancia, respeto profundo y mutuo al prójimo y no
dejar arder el mundo al otro lado de los muros que nos imponen algunos líderes
con cara de zanahoria.
Web
del Artista: www.estornell.com
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