sábado, 21 de julio de 2018

ENTREVISTA AL BAILAOR Y ACTIVISTA FERNANDO LÓPEZ RODRIGUEZ



 


Los protagonistas del documental son parte de una generación de artistas jóvenes del flamenco preocupados por las cuestiones de género y sexualidad y comprometidos con la defensa de los derechos LGTBIQ”




-Hola Fernando ¿Cuéntanos algo sobre el nuevo proyecto que tienes entre manos?

Fernando López Rodríguez: Se trata de un documental que agrupa a una serie de artistas del flamenco, tanto de baile como de cante, guitarra y percusión, que responden a la doble condición de artistas y activistas LGTBIQ, dentro y fuera del escenario. 



-¿Quién dirige el documental, quienes son sus protagonistas y a quien va dirigido?

Fernando L. Rodríguez: El documental es una co-dirección entre los miembros de la productora audiovisual Rumbo Films, que se encargan más específicamente de la parte técnica, y yo mismo, que hago de "puente" entre ellos y el medio artístico del "flamenco queer". 

Los protagonistas del documental son parte de una generación de artistas jóvenes del flamenco preocupados por las cuestiones de género y sexualidad y comprometidos con la defensa de los derechos LGTBIQ: Noelia Heredia (cantaora y percusionista), Carlos Sánchez (bailarín), Jero Férec (guitarrista), Álvaro Romero (cantaor) y yo mismo, en mi doble condición de bailaor e investigador. 


El documental está dirigido a un público general, no sólo al público LGTBIQ ni específicamente a aquéllxs interesadxs por el flamenco: se trata, para nosotrxs, de desdibujar fronteras y generar debate. 



-Yo te conozco por tu libro “De puertas para adentro”. Puedes contarnos con cierta distancia cual ha sido la acogida del mismo y si piensas seguir en la experimentación del flamenco unido a nuevas formas de concebir el género en el baile?

Fernando L. R: La recepción ha sido, en términos generales, muy buena, porque se trata de un tema que nos incube a todxs y que necesitaba ser articulado en forma de discurso científico. Es cierto, sin embargo, que siempre hay microsectores más reaccionarios que se ponen a la defensiva, bien por desconocimiento, bien por miedo, bien por pereza a dilatar los márgenes de su universo mental, dentro del cual se sentían cómodxs. Sigo trabajando, dentro de mis propuestas artísticas, con cuestiones de género porque es algo que me atraviesa, no un tema entre otros que pueda tratarse de manera satisfactoria y definitiva de una vez por todas, ni una cuestión de moda pasajera.
 

¿En que fase del proyecto os encontráis?¿El guión se escribe solo o necesitáis una planificación cuidadosa?

F.L.R: Nos encontramos en una fase de producción intermedia: el guion estaba en principio articulado en torno al esqueleto conceptual de mi pieza "Bailar en hombre" (2015) pero quería romper con la noción de "biopic" y la idea del artista genial que realiza su trabajo ex nihilo: quería integrar en este documental, por ecología epistemológica, a otras personas que también tienen un discurso de reivindicación LGTBIQ y que lo defienden día a día con su trabajo. No sé aún si se puede hablar en términos de "generación" o de grupo de artistas, pero creo que juntxs tenemos más voz y somos más fuertes: es algo que he aprendido del activismo (la humildad de ser unx más en favor de una causa común) que  falta muy a menudo en el arte, donde prima una fantasía romántica de libertad individual que se traduce, más veces de lo deseado, en un profundo apoliticismo.

viernes, 20 de julio de 2018

CENTENARIO DE EMILY BRONTË


 
 
 
 
 
Se cumplen cien años de una de las escritoras más atípicas de la historia de la literatura inglesa. Sin desdeñar la inmensa obra de sus hermanas Charlotte y Agnes, también adelantadas a su tiempo, Emily Brontë, rompió con un solo libro muchos de los cánones de la novela victoriana situando su historia de amor en un conflicto interclasista, en una situación cercana al “amour fou”, reivindicado por los surrealistas y en un estilo de una belleza, pasión y desesperación sin parangón en las novelas de su tiempo. Considerada según los biógrafos (como el cineasta André Téchiné que realizó una hermosa película sobre la difícil vida familiar) como la “menos convencional” de las tres hermanas criadas bajo techo parroquial y la más aliada a los elementos de la naturaleza y alejada de la religión y los usos de la época la obra de Emily (su única obra en prosa, al margen de su producción poética) sigue siendo un libro perturbador, aunque se han hecho versiones cinematográficas que casi lo han encasillado en el melodrama romántico lejos de la ira, la ironía y la poderosa individualidad que desprenden las páginas de la novela. En el hermoso filme de Téchiné “Las hermanas Brontë” Emily es presentada como la más “masculina”, “arrojada” e “intrépida” de las tres hermanas, mientras Charlotte y Anne parecen mas ligadas a los rezos, la abnegación y el retiro de una naturaleza agreste como el que la escritora describe en “Cumbres borrascosas”, llevada al cine entre otros por Luis Buñuel en su película mexicana “Abismos de pasión”.

No obstante, no podemos quitar valor literario a algunas de las grandes novelas de sus hermanas a pesar de sus esquemas de “amor cortés”, intrigas femeninas e historias de iniciación de corte dickensiano. Tanto “Jane Eyre” de Charlotte como “Agnes Grey” de Anne son historias de chicas huérfanas y sin posición que pasan de ser institutrices a labrarse un futuro más prometedor en un mundo patriarcal. Ambas contienen (como otras de sus novelas) apuntes pre-feministas y descripciones nada complacientes de la condición de la mujer sin recursos en la época y el lugar en el que vivieron. Todas hacen apuntes sobre las costumbres y las normas “no escritas” sobre la Inglaterra de la época. Las novelas de ambas contienen mucha más conciencia social y alegato feminista que, por ejemplo, el conjunto de la obra de Jane Austen -con sus matrimonios de conveniencia- y no deja de ser un reflejo de su vida en los páramos y en pequeñas estancias marcadas por privaciones y un reconocimiento tardío. Elizabeth Gaskell (otra pionera en la novela femenina poco convencional) en su “Biografía de Charlotte Brontë” describe la crudeza y podredumbre del paisaje en el que crecieron las tres hermanas, marcada por la enfermedad, la muerte, la beatería y la exposición a un clima indómito. Todas ellas fueron prolíficas y escritoras de calidad. No obstante la renovación formal debe esperar al gran libro de Emily que se aparta de todos los cánones con diferentes voces narrativas del momento con una construcción dramática y estilística nada convencional así como una lejanía por la búsqueda de sucesos agridulces o finales más o menos felices.
 
Emily Brontë atrapa sin miedo la voz de un narrador masculino que se adentra en los meandros de una historia de amor y oscuridad que ocurrió en el pasado, incluyendo cartas escritas por una heroína muerta y los recuerdos de un mozo de cuadra convertido ahora en dueño de una grande pero desgastada mansión a merced del viento y los intrusos. Luego pasa a una voz femenina adulta que narra de forma detallada el discurrir de la historia desde la niñez de los protagonistas a su posterior separación cuando Catherine es acogida en “La Granja de los Tordos” y convertida en una señorita al uso, que guarda un secreto fulgurante. Emily Brontë desafía los esquemas de la buena sociedad de su tiempo a través de una historia de amor y pasión “mas grande que la vida”, que sobrevive a instituciones sacrosantas e impedimentos sociales considerados incontestables. Poco antes de casarse con su elegante marido Catherine afirma a su confidente y también narradora “Yo soy Heatchliff” situando el amor por prohibido un gitano y mozo de cuadra odiado por su entorno por encima de su amor más convencional que la lleva al altar y anunciando así la sucesión de tormentas interiores y exteriores con las que seguirá la narración en su encuentro y desencuentro entre dos seres que son almas gemelas, separados por aparatosas convenciones sociales pero incorporados en un espacio irreal y potente que lleva la novela hasta el terreno de lo gótico y la incorporación melancólica de una masculinidad negada. Catherine ha incorporado a su ser el del alma gemela con la que creció y conoció una adolescencia marcada por el infortunio y no ha perdido la rebeldía que habita en su ser, una rebeldía que en ocasiones dormita y en otras despierta con furia poco común en un personaje femenino de la época.

La novela, firmada al principio con seudónimo, fue recibida por la crítica como una historia “sucia, blasfema y brutal” pero no tardaron en revalorizarse sus potentes elementos literarios, convirtiéndola hoy en el clásico por excelencia salido de unas hermanas capaces de soñar otras vidas desde los páramos que rodeaban a una parroquia familiar y buscando su reconocimiento como escritoras en un tiempo en que no se consideraba la literatura una profesión propia de mujeres. Emily Brontë fue la que llegó mas lejos al no escatimar los detalles sórdidos, la mezcla del realismo y la poesía surreal en una historia intemporal que sigue inspirando nuevas creaciones a partir de sus páginas henchidas de amor, desamor, muerte, pasiones y locura...

viernes, 29 de junio de 2018

ENTREVISTA AL ESCRITOR Y REALIZADOR RAUL PORTERO: "GRíMSEY", UNA GRAN OPERA PRIMA







 
Podría decirse que a simple vista Raúl Portero es un pasota. Desde que publicó su primera novela, ha mantenido un perfil bajo porque, admite, le aburren las redes sociales e incluso le ponen de muy mal humor. Grímsey, su debut en el largometraje, es la primera película española rodada en Islandia. Acaba de llegar del Atlántida Film Festival donde ha sido uno de los seis guionistas seleccionados para el Mallorca Talent Lab con su guión “La canción pop”, que también pasará por el BAM y cuyo rodaje está previsto para verano del año que viene.

-Una pregunta inevitable es si tu primera película “Grímsey” tiene o no rasgos autobiográficos. Ya que cuenta la historia de la ruptura entre una pareja de dos chicos aunque el escenario escogido sean los rincones de Islandia con toda su belleza.
La película es mi primera historia con tintes o rasgos marcadamente no autobiográficos. En literatura, cuando escribo una novela, sí me vuelvo más reflexivo y autobiográfico; en este caso “La canción pop” (Editorial Dos bigotes, 2017) era una novela de marcado carácter autobiográfico, fue un ejercicio literario a veces muy difícil porque era mirar por una ventana un tanto inquietante para mí. En las películas, no.

-¿Cómo llevaste lo de dirigir a dúo?
Dirigir entre dos es como hacer un viaje, siempre te conoces un poco más cada vez que vuelves. También pasa cuando diriges. Yo hice ambas cosa a la vez. Creo que dos personas sí pueden escribir una película juntos; de hecho, un guión funciona mejor cuando se escribe con dos cabezas pensantes. Pero no estoy tan seguro de que eso funcione en una película. De momento no tengo pensado repetir la experiencia, pero “Grímsey” surgió como idea para ser dirigida entre dos personas así que si en un futuro se me pasa por la cabeza una historia que requiera una co-dirección, pues lo haré.

En este sentido tú personaje es más agradecido que el del protagonista.
Bueno, los personajes se encuentran en dos momentos distintos, no creo que uno sea más agradecido que el otro. Bruno acaba de llegar a Islandia y no comprende la situación en la que está metido, está bloqueado, desbordado por una situación y un paisaje; para Arnau la llegada de Bruno y el viaje para buscar a Norberto es un soplo de aire fresco, él está en Reykjavík la mar de a gusto pero es una ciudad pequeña y aburrida. El personaje de Richard es una persona en otro momento vital, en otra situación completamente diferentes y mucho más complejo.

¿Fue un rodaje fácil?
Sobre todo fue atípico y emocionante porque se filmó en 11 días, casi sin tiempo para repetir tomas, con un equipo de cinco personas -que además también actuaba; vamos, la película está rodada por la misma gente que aparece en la pantalla- y no parábamos de movernos por Islandia. Grímsey en parte nace de una ingenuidad muy grande por nuestra parte y aunque no me importa filmar una película de presupuesto cero, eran demasiado localizaciones, muchas horas en la carretera y muy pocos días. Era como un Gran Hermano. Hubo muy buenos momentos pero las batallitas en el rodaje no creo que le importen a nadie.

-El paisaje es crucial para dar sentido a los sentimientos y emociones escondidas o no de los personajes. Es una película muy visual pero también tiene esa voz en off de los mensajes en los móviles. ¿Cómo fue rodar en tantos escenarios y como influyó en ello los senderos que va tomando esta historia de una separación y un encuentro, una búsqueda y una aceptación de la soledad?
No teníamos un guión cerrado, en tanto que es imposible ir a rodar una película de bajo presupuesto a Islandia; el principal problema eran las condiciones climatológicas. Literalmente no sabíamos qué tiempo iba a hacer al rodar la escena, y el paisaje islandés es muy afectivo, lo queríamos casi como un personaje más de la película. Muchas de las reacciones de Richard y esa tristeza suya en la película se debían a que el paisaje le afectaba en el momento, a veces es fácil sentirse muy pequeño en mitad de la nada. Era un buen soporte emocional y Richard tenía que ser muy rápido: no sólo estaba dirigiendo una película, sino que al mismo tiempo que actuaba también la estaba reescribiendo a tenor de lo que se encontraba delante por primera vez en su vida y ese es un trabajo muy difícil. La verdad es que yo no habría podido. Yo tenía algo de ventaja porque ya había estado antes en Islandia y sabía lo que había, pero él no. Y creo que eso ayuda mucho a entender la película.





 

jueves, 28 de junio de 2018

JEANNETTE WINTERSON, ESCRITORA RABIOSAMENTE CONTEMPORÁNEA


 
 
 
Recientemente Lumen ha reeditado toda la obra traducida al castellano de una de las escritoras inglesas más importantes, universales y peculiares de los últimos tiempos: Jeannette Winterson. Considerada como novelista “queer” por poner el cuerpo en el centro de sus historias de amor y desencuentros (“Escrito en el cuerpo”)  ha sido capaz también de reescribir el pasado de su país y adentrarse en un futuro hipotético hecho de prosa poética y paradójicas profecías. Desde “Fruta prohibida” a su autobiografía “¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal”? conocemos a Winterson como una aventurera de la prosa, como una intrépida buscadora de tesoros, marcada por una infancia en una Inglaterra pobre y puritana con la presencia de una madre fundamentalista religiosa y un entorno humilde que trata de desterritorializar. También sus prontas salidas a la aventura íntima y su contacto con diferentes clases sociales, sin abandonar nunca el trasfondo inquieto en sus historias protagonizadas por mujeres o adolescentes que se buscan a sí mismas, y también su verdadero sexo y el significado de los signos que componen universos bien sea cercanos a Virginia Woolf, Lewis Carroll o Úrsula K. Leguin.
 
 
En “The Powerbook” desafía con el amor  y el erotismo los códigos de la informática y el espacio virtual y en “Espejismos” crea personajes tomados de la sátira social inglesa de otros tiempos para contarnos el periplo de mujeres “raras” que aman a mujeres, y también de otros seres que se buscan a sí mismos o a sus contrarios en universos hechos de una prosa a la vez cruda y exquisita, cuidada y sin ambajes a la hora de experimentar. Un erotismo que bebe de fuentes dispersas desde los clásicos hasta Monique Wittig (con su reinvención de una corporalidad lesbiana) y se pelea con los clásicos de la literatura en lengua inglesa, con ecos de Dickens o de las refinadas novelistas del XIX. Libros como “Planeta azul” o “El hueco del tiempo” han desconcertado con sus hechuras a sus admiradores tomando el sendero no solo de la fantasía sino también de la metaliteratura, igual que se atrevió a deconstruir la historia de los clásicos en su novela “La pasión” ambientada en un pasado  remoto desde una mirada joven e intrépida. Una de sus novelas más impresionantes ha sido “La mujer púrpura” donde reescribe un episodio de brujería desde un punto de vista feminista y lesbiano, con gran cantidad de matices, apuntes y sugerencias. Pero la escritura de Winterson nunca se queda en la narrativa al uso y su adscripción al vocablo “queer” se encuentra en su intrépida búsqueda de nuevos senderos lingüísticos mostrando no solo mundos prohibidos en los que supo habitar sino también transitando entre los géneros binarios y literarios.

martes, 26 de junio de 2018

BILLY ELLIOT EXPULSADO DE HUNGRÍA.


 
 
 
 
Cuando uno oye que determinado producto (en este caso cultural) incita a los niños a ser gays le viene una amarga sonrisa por la cantidad de poderosos e invisibilizados dispositivos que siguen incitando a los niños y las niñas a abrazar la heterosexualidad obligatoria en todos los ámbitos. Hungría se ha sumado al horror y el patetismo de Rusia al prohibir el musical “Billy Elliot” porque incita a los pequeños “a ser gays”. La historia de Billy Elliot es la historia de un adolescente heterosexual que por su afición al ballet debe enfrentarse a los prejuicios cavernícolas de algunas de las gentes que les rodean. Su empuje y el apoyo de otros lograrán que Billy Elliot a pesar del provincianismo mental que flota en su entorno se convierta en un gran bailarín. La historia toca de refilón la vivencia de la homofobia y el machismo cuando determinadas actividades o profesiones son consideradas propias de un sexo  u otro. Todo acompañado de números de baile en que vemos el espectacular progreso del joven protagonista. Las autoridades o quién sea en Hungría que ha llegado a la feroz posición censora nos hace temer el avance de la extrema derecha y sus manifestaciones sociopatológicas por parte de gobiernos de  algunos países del norte de Europa, en este caso Hungría.
 
 
Una sombra de racismo, sexismo y homofobia que recorre la Europa de los poderosos y que se extiende hasta la homófoba Rusia de Putin con sus ridículas leyes contra la propaganda homosexual y su policía del odio que ha convertido la zona en un lugar nada seguro para el colectivo LGTB llamado al silencio, el miedo  y la invisibilidad. No debe quedar rastro de nostalgia a la hora de condenar la homofobia en Rusia, los asesinatos selectivos, la dictadura silenciada, porque eso es servir en bandeja el poder coercitivo a países de extrema derecha. Durante mucho tiempo el movimiento LGTB ha hecho suya la frase de Emma Goldman “Si no puedo bailar, esta no es mi revolución” para llamar la atención de un sector de la izquierda algo cegata a los males del fetichismo revolucionario construido como impermeable y masculinista. Todo esto va cambiando y las luchas van de la mano de forma interseccional como han mostrado filmes como “Pride” de Andrew Marcus sobre la unión de los mineros y los activistas LGTB contra el thatcherismo y sus miserias.

viernes, 22 de junio de 2018

SEDUCCIÓN. Un poema de Zelda Johns.


 
 

 

Ya lo sé

No te conquistaría si me pareciese a Louis Garrel

Lo sé,

Sé, que te sentirías incómodo y estarías dudando de mi apariencia de francés

Te caen mal los franceses pero no las francesas

Lo se

Tengo el pelo liso y bastante largo

También sé, que nunca quisiste parecerte a alguien como Louis Garrel

Pero déjame comentarte

yo sí.

Yo siempre quise ser como Louis Garrel

Incluso antes de saber quién es Louis Garrel

Antes, cuando era adolescente,

Pensaba que mojaba las bragas por hombres como Louis Garrel

Pero hace poco,

desde que te conozco sé,

que no me gustan los hombres como Louis Garrel.

Ahora, sé, que siempre fui

un poco Louis Garrel,

un poco como James dean,

Pero confieso que no me parezco en nada a james Franco.

Y tampoco he querido ser nunca Sonny Crokett

Lo sé,

tú si,

tú querías ser un poco Sonny,

un poco Marty Mcfly

eras el héroe, yo el anti-heroe

tú simpático y amable,

yo antipático y perdido

Era Magneto y tu Xavier

Y míranos

Enamoradas buscando casas.

 

Observa a Louis y James

Como hacen la comida mientras te esperan

Como vuelven del trabajo con un pañuelo rojo al cuello

 y un blazer de cuatro botones -soy alta para poder llevarlo-

mira como sacan a nuestro perro a primera hora de la mañana

como se despiden desde la cama.

Lo sé

La yo que es Louis y James

No te gusta

La miras de soslayo y desconfías

Esa no es, te lo puedo asegurar

La que no baja la tapa del wáter.

jueves, 21 de junio de 2018

PASOLINI. TODOS ESTAMOS EN PELIGRO







La editorial  Trotta ha realizado con “Todos estamos en peligro” una completa compilación de ensayos, artículos y entrevistas con Pasolini como autor y protagonista. Ya en su tiempo tanto el escritor como el director de cine o el intelectual politizado nadaban en un mar de contradicciones. Si vaticino la Europa que domestica a los jóvenes nunca fue claro con sus postulados en torno a la religión, el marxismo o los derechos de la mujer llegando a posiciones radicalmente o aparentemente opuestas, desde visiones críticas. Admirador de Gramsci heredero de la cultura popular italiana Pasolini defendió un cine de poesía aunque sus orígenes se remontan a una visión particular del neorrealismo, la desestructuración social y los chicos de la calle. Vilipendiado por la cultura oficial y la derecha cristiana o la Iglesia Oficial sus declaraciones siguen siendo, aún hoy, objeto de encontradas polémicas y variopintas interpretaciones, aún abiertas a múltiples lecturas. 


Todos estamos en peligro” incluye sus polémicas con los jóvenes de izquierda, su dialéctica sobre el cine y la literatura, su amistad con Moravia, sus homenajes a Gramsci, la Italia desolada de su bello y desgarrado filme “Accatone”, las polémicas que suscitaron sus películas más iconoclastas  así como otros muchos testimonios de su vida y su obra, desde sus orígenes hasta su trágico asesinato en la playa de Ostia. Poeta de las palabras y las imágenes, novelista  arremetió sin tapujos contra las formas de fascismo insertas en la cultura oficial y de consumo y canto a la libertad creativa y el retrato personal de la Italia de los desheredados, así como viajo a otros lugares del mundo en busca de otros modos de organización social. Pasolini admiraba el espíritu de resistencia de la izquierda que conoció en EEUU en los setenta aunque tampoco vaticinaba un futuro prometedor El pesimismo humanista y el canto a la libertad están presentes en toda su obra y aparecen en estos textos y declaraciones varias. Lingüista y semiólogo del verbo y la imagen, no obstante, se rebeló contra la etiqueta del tradicional intelectual del momento con su continuado compromiso político y su mezcla de provocación y apasionada subjetividad. Pasolini nos anunció la Europa de los mercaderes y domadores, tenía una peculiar visión del cristianismo y el marxismo y su libertad sexual e ideológica lo alejaron progresivamente de los grandes partidos políticos del momento. Su muerte en extrañas circunstancias (posiblemente vinculada a la extrema derecha o facciones en el poder) revelan que, a pesar de no ser plato de gusto de nadie, era un pensador incómodo, un poeta, un trovador sin pelos en la lengua al que hoy debemos releer con distancia pero también con pasión.