viernes, 29 de junio de 2018

ENTREVISTA AL ESCRITOR Y REALIZADOR RAUL PORTERO: "GRíMSEY", UNA GRAN OPERA PRIMA







 
Podría decirse que a simple vista Raúl Portero es un pasota. Desde que publicó su primera novela, ha mantenido un perfil bajo porque, admite, le aburren las redes sociales e incluso le ponen de muy mal humor. Grímsey, su debut en el largometraje, es la primera película española rodada en Islandia. Acaba de llegar del Atlántida Film Festival donde ha sido uno de los seis guionistas seleccionados para el Mallorca Talent Lab con su guión “La canción pop”, que también pasará por el BAM y cuyo rodaje está previsto para verano del año que viene.

-Una pregunta inevitable es si tu primera película “Grímsey” tiene o no rasgos autobiográficos. Ya que cuenta la historia de la ruptura entre una pareja de dos chicos aunque el escenario escogido sean los rincones de Islandia con toda su belleza.
La película es mi primera historia con tintes o rasgos marcadamente no autobiográficos. En literatura, cuando escribo una novela, sí me vuelvo más reflexivo y autobiográfico; en este caso “La canción pop” (Editorial Dos bigotes, 2017) era una novela de marcado carácter autobiográfico, fue un ejercicio literario a veces muy difícil porque era mirar por una ventana un tanto inquietante para mí. En las películas, no.

-¿Cómo llevaste lo de dirigir a dúo?
Dirigir entre dos es como hacer un viaje, siempre te conoces un poco más cada vez que vuelves. También pasa cuando diriges. Yo hice ambas cosa a la vez. Creo que dos personas sí pueden escribir una película juntos; de hecho, un guión funciona mejor cuando se escribe con dos cabezas pensantes. Pero no estoy tan seguro de que eso funcione en una película. De momento no tengo pensado repetir la experiencia, pero “Grímsey” surgió como idea para ser dirigida entre dos personas así que si en un futuro se me pasa por la cabeza una historia que requiera una co-dirección, pues lo haré.

En este sentido tú personaje es más agradecido que el del protagonista.
Bueno, los personajes se encuentran en dos momentos distintos, no creo que uno sea más agradecido que el otro. Bruno acaba de llegar a Islandia y no comprende la situación en la que está metido, está bloqueado, desbordado por una situación y un paisaje; para Arnau la llegada de Bruno y el viaje para buscar a Norberto es un soplo de aire fresco, él está en Reykjavík la mar de a gusto pero es una ciudad pequeña y aburrida. El personaje de Richard es una persona en otro momento vital, en otra situación completamente diferentes y mucho más complejo.

¿Fue un rodaje fácil?
Sobre todo fue atípico y emocionante porque se filmó en 11 días, casi sin tiempo para repetir tomas, con un equipo de cinco personas -que además también actuaba; vamos, la película está rodada por la misma gente que aparece en la pantalla- y no parábamos de movernos por Islandia. Grímsey en parte nace de una ingenuidad muy grande por nuestra parte y aunque no me importa filmar una película de presupuesto cero, eran demasiado localizaciones, muchas horas en la carretera y muy pocos días. Era como un Gran Hermano. Hubo muy buenos momentos pero las batallitas en el rodaje no creo que le importen a nadie.

-El paisaje es crucial para dar sentido a los sentimientos y emociones escondidas o no de los personajes. Es una película muy visual pero también tiene esa voz en off de los mensajes en los móviles. ¿Cómo fue rodar en tantos escenarios y como influyó en ello los senderos que va tomando esta historia de una separación y un encuentro, una búsqueda y una aceptación de la soledad?
No teníamos un guión cerrado, en tanto que es imposible ir a rodar una película de bajo presupuesto a Islandia; el principal problema eran las condiciones climatológicas. Literalmente no sabíamos qué tiempo iba a hacer al rodar la escena, y el paisaje islandés es muy afectivo, lo queríamos casi como un personaje más de la película. Muchas de las reacciones de Richard y esa tristeza suya en la película se debían a que el paisaje le afectaba en el momento, a veces es fácil sentirse muy pequeño en mitad de la nada. Era un buen soporte emocional y Richard tenía que ser muy rápido: no sólo estaba dirigiendo una película, sino que al mismo tiempo que actuaba también la estaba reescribiendo a tenor de lo que se encontraba delante por primera vez en su vida y ese es un trabajo muy difícil. La verdad es que yo no habría podido. Yo tenía algo de ventaja porque ya había estado antes en Islandia y sabía lo que había, pero él no. Y creo que eso ayuda mucho a entender la película.





 

jueves, 28 de junio de 2018

JEANNETTE WINTERSON, ESCRITORA RABIOSAMENTE CONTEMPORÁNEA


 
 
 
Recientemente Lumen ha reeditado toda la obra traducida al castellano de una de las escritoras inglesas más importantes, universales y peculiares de los últimos tiempos: Jeannette Winterson. Considerada como novelista “queer” por poner el cuerpo en el centro de sus historias de amor y desencuentros (“Escrito en el cuerpo”)  ha sido capaz también de reescribir el pasado de su país y adentrarse en un futuro hipotético hecho de prosa poética y paradójicas profecías. Desde “Fruta prohibida” a su autobiografía “¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal”? conocemos a Winterson como una aventurera de la prosa, como una intrépida buscadora de tesoros, marcada por una infancia en una Inglaterra pobre y puritana con la presencia de una madre fundamentalista religiosa y un entorno humilde que trata de desterritorializar. También sus prontas salidas a la aventura íntima y su contacto con diferentes clases sociales, sin abandonar nunca el trasfondo inquieto en sus historias protagonizadas por mujeres o adolescentes que se buscan a sí mismas, y también su verdadero sexo y el significado de los signos que componen universos bien sea cercanos a Virginia Woolf, Lewis Carroll o Úrsula K. Leguin.
 
 
En “The Powerbook” desafía con el amor  y el erotismo los códigos de la informática y el espacio virtual y en “Espejismos” crea personajes tomados de la sátira social inglesa de otros tiempos para contarnos el periplo de mujeres “raras” que aman a mujeres, y también de otros seres que se buscan a sí mismos o a sus contrarios en universos hechos de una prosa a la vez cruda y exquisita, cuidada y sin ambajes a la hora de experimentar. Un erotismo que bebe de fuentes dispersas desde los clásicos hasta Monique Wittig (con su reinvención de una corporalidad lesbiana) y se pelea con los clásicos de la literatura en lengua inglesa, con ecos de Dickens o de las refinadas novelistas del XIX. Libros como “Planeta azul” o “El hueco del tiempo” han desconcertado con sus hechuras a sus admiradores tomando el sendero no solo de la fantasía sino también de la metaliteratura, igual que se atrevió a deconstruir la historia de los clásicos en su novela “La pasión” ambientada en un pasado  remoto desde una mirada joven e intrépida. Una de sus novelas más impresionantes ha sido “La mujer púrpura” donde reescribe un episodio de brujería desde un punto de vista feminista y lesbiano, con gran cantidad de matices, apuntes y sugerencias. Pero la escritura de Winterson nunca se queda en la narrativa al uso y su adscripción al vocablo “queer” se encuentra en su intrépida búsqueda de nuevos senderos lingüísticos mostrando no solo mundos prohibidos en los que supo habitar sino también transitando entre los géneros binarios y literarios.

martes, 26 de junio de 2018

BILLY ELLIOT EXPULSADO DE HUNGRÍA.


 
 
 
 
Cuando uno oye que determinado producto (en este caso cultural) incita a los niños a ser gays le viene una amarga sonrisa por la cantidad de poderosos e invisibilizados dispositivos que siguen incitando a los niños y las niñas a abrazar la heterosexualidad obligatoria en todos los ámbitos. Hungría se ha sumado al horror y el patetismo de Rusia al prohibir el musical “Billy Elliot” porque incita a los pequeños “a ser gays”. La historia de Billy Elliot es la historia de un adolescente heterosexual que por su afición al ballet debe enfrentarse a los prejuicios cavernícolas de algunas de las gentes que les rodean. Su empuje y el apoyo de otros lograrán que Billy Elliot a pesar del provincianismo mental que flota en su entorno se convierta en un gran bailarín. La historia toca de refilón la vivencia de la homofobia y el machismo cuando determinadas actividades o profesiones son consideradas propias de un sexo  u otro. Todo acompañado de números de baile en que vemos el espectacular progreso del joven protagonista. Las autoridades o quién sea en Hungría que ha llegado a la feroz posición censora nos hace temer el avance de la extrema derecha y sus manifestaciones sociopatológicas por parte de gobiernos de  algunos países del norte de Europa, en este caso Hungría.
 
 
Una sombra de racismo, sexismo y homofobia que recorre la Europa de los poderosos y que se extiende hasta la homófoba Rusia de Putin con sus ridículas leyes contra la propaganda homosexual y su policía del odio que ha convertido la zona en un lugar nada seguro para el colectivo LGTB llamado al silencio, el miedo  y la invisibilidad. No debe quedar rastro de nostalgia a la hora de condenar la homofobia en Rusia, los asesinatos selectivos, la dictadura silenciada, porque eso es servir en bandeja el poder coercitivo a países de extrema derecha. Durante mucho tiempo el movimiento LGTB ha hecho suya la frase de Emma Goldman “Si no puedo bailar, esta no es mi revolución” para llamar la atención de un sector de la izquierda algo cegata a los males del fetichismo revolucionario construido como impermeable y masculinista. Todo esto va cambiando y las luchas van de la mano de forma interseccional como han mostrado filmes como “Pride” de Andrew Marcus sobre la unión de los mineros y los activistas LGTB contra el thatcherismo y sus miserias.

viernes, 22 de junio de 2018

SEDUCCIÓN. Un poema de Zelda Johns.


 
 

 

Ya lo sé

No te conquistaría si me pareciese a Louis Garrel

Lo sé,

Sé, que te sentirías incómodo y estarías dudando de mi apariencia de francés

Te caen mal los franceses pero no las francesas

Lo se

Tengo el pelo liso y bastante largo

También sé, que nunca quisiste parecerte a alguien como Louis Garrel

Pero déjame comentarte

yo sí.

Yo siempre quise ser como Louis Garrel

Incluso antes de saber quién es Louis Garrel

Antes, cuando era adolescente,

Pensaba que mojaba las bragas por hombres como Louis Garrel

Pero hace poco,

desde que te conozco sé,

que no me gustan los hombres como Louis Garrel.

Ahora, sé, que siempre fui

un poco Louis Garrel,

un poco como James dean,

Pero confieso que no me parezco en nada a james Franco.

Y tampoco he querido ser nunca Sonny Crokett

Lo sé,

tú si,

tú querías ser un poco Sonny,

un poco Marty Mcfly

eras el héroe, yo el anti-heroe

tú simpático y amable,

yo antipático y perdido

Era Magneto y tu Xavier

Y míranos

Enamoradas buscando casas.

 

Observa a Louis y James

Como hacen la comida mientras te esperan

Como vuelven del trabajo con un pañuelo rojo al cuello

 y un blazer de cuatro botones -soy alta para poder llevarlo-

mira como sacan a nuestro perro a primera hora de la mañana

como se despiden desde la cama.

Lo sé

La yo que es Louis y James

No te gusta

La miras de soslayo y desconfías

Esa no es, te lo puedo asegurar

La que no baja la tapa del wáter.

jueves, 21 de junio de 2018

PASOLINI. TODOS ESTAMOS EN PELIGRO







La editorial  Trotta ha realizado con “Todos estamos en peligro” una completa compilación de ensayos, artículos y entrevistas con Pasolini como autor y protagonista. Ya en su tiempo tanto el escritor como el director de cine o el intelectual politizado nadaban en un mar de contradicciones. Si vaticino la Europa que domestica a los jóvenes nunca fue claro con sus postulados en torno a la religión, el marxismo o los derechos de la mujer llegando a posiciones radicalmente o aparentemente opuestas, desde visiones críticas. Admirador de Gramsci heredero de la cultura popular italiana Pasolini defendió un cine de poesía aunque sus orígenes se remontan a una visión particular del neorrealismo, la desestructuración social y los chicos de la calle. Vilipendiado por la cultura oficial y la derecha cristiana o la Iglesia Oficial sus declaraciones siguen siendo, aún hoy, objeto de encontradas polémicas y variopintas interpretaciones, aún abiertas a múltiples lecturas. 


Todos estamos en peligro” incluye sus polémicas con los jóvenes de izquierda, su dialéctica sobre el cine y la literatura, su amistad con Moravia, sus homenajes a Gramsci, la Italia desolada de su bello y desgarrado filme “Accatone”, las polémicas que suscitaron sus películas más iconoclastas  así como otros muchos testimonios de su vida y su obra, desde sus orígenes hasta su trágico asesinato en la playa de Ostia. Poeta de las palabras y las imágenes, novelista  arremetió sin tapujos contra las formas de fascismo insertas en la cultura oficial y de consumo y canto a la libertad creativa y el retrato personal de la Italia de los desheredados, así como viajo a otros lugares del mundo en busca de otros modos de organización social. Pasolini admiraba el espíritu de resistencia de la izquierda que conoció en EEUU en los setenta aunque tampoco vaticinaba un futuro prometedor El pesimismo humanista y el canto a la libertad están presentes en toda su obra y aparecen en estos textos y declaraciones varias. Lingüista y semiólogo del verbo y la imagen, no obstante, se rebeló contra la etiqueta del tradicional intelectual del momento con su continuado compromiso político y su mezcla de provocación y apasionada subjetividad. Pasolini nos anunció la Europa de los mercaderes y domadores, tenía una peculiar visión del cristianismo y el marxismo y su libertad sexual e ideológica lo alejaron progresivamente de los grandes partidos políticos del momento. Su muerte en extrañas circunstancias (posiblemente vinculada a la extrema derecha o facciones en el poder) revelan que, a pesar de no ser plato de gusto de nadie, era un pensador incómodo, un poeta, un trovador sin pelos en la lengua al que hoy debemos releer con distancia pero también con pasión.

miércoles, 20 de junio de 2018

NADIE NOS MIRA. CINE VALIENTE.


 
 
 
La tercera película de la realizadora argentina  Julia Solomonoff es un desgarrado e intimista poema sobre la dificultad de un inmigrante latino por integrarse en los círculos artísticos de Nueva York. Con su habitual gusto por el ritmo pausado y los planos muy cuidados la realizadora de “El último verano de la Boyita” sigue de cerca el agridulce periplo de Nico (Guillermo Pfennig) un joven actor en series argentinas que desea integrarse en una producción estadounidense pero apenas puede sobrevivir cuidando niños, con la ayuda de sus amigos, esperando un rodaje que no llega y vagando por las calles de la gran ciudad, convertida ya en una mezcolanza de razas pero despiadada en sus oportunidades para la gente que llega de fuera. La extraordinaria sensibilidad audiovisual de la realizadora y el impresionante trabajo de Pfennig, lleno de matices,  intentado ocultar su fracaso en la gran urbe y ante las grandes productoras da como resultado un filme hecho de bloques de secuencias pero también de esos planos largos y estéticamente sugerentes que tanto gustan a la realizadora de “Hermanas”. Sin cargar demasiado las tintas Solomonoff muestra la difícil supervivencia en la ciudad del joven protagonista agarrado a un sueño que no se cumple y tratando de prolongar su estancia entre rascacielos, parques infantiles y pisos compartidos con amigos.
 
Nico el protagonista es un joven gay y aspirante a gran actor aunque la película no aborda tanto la homofobia como la dificultad de cualquier tipo de inmigrante por integrarse en la jungla del mundo del celuloide y su industria. Compuesta a través de la ternura y desarmante humanidad “Nadie nos mira” cuenta sin aspavientos pero con pulso firme y caligrafía fina una batalla desigual de un actor argentino contra un mundo de intereses en el que busca un lugar en el sol, ejerciendo de cuidador a tiempo parcial en un mundo donde las barreras por la raza, la clase y el género están muy delimitadas. La realizadora no escatima situaciones de tensión y melancolía aunque también ofrece momentos de comedia irónica y una hermosa relación del personaje con el paisaje, los diferentes escenarios y el paisanaje más inmediatos llegando a construir un poema a la vez triste, lírico, tenso y antiheroico sobre una derrota que no deja de ser una inteligente requisitoria contra los modos de establecimiento del sistema capitalista y su ambivalente trato dado a los extranjeros. Aunque Solomonoff, uno de los grandes nombres del cine argentino, no ha alcanzado la reputación crítica de su compatriota Lucrecia Martel comparte una forma de hacer más personal, tal vez más accesible y siempre comprometida con la libertad , la autenticidad y la diversidad.

domingo, 17 de junio de 2018

VIOLENCIA HOMÓFOBA EN BURGOS. MIEDO A DENUNCIAR


 
 
 
 
Dos jóvenes burgaleses son increpados y asaltados durante las fiestas del Curpillos. La violencia homófoba hace su aparición en las calles de Burgos y se disparan unas alarmas que debieron existir hace mucho tiempo. Pero lo que más llama la atención es el miedo a denunciar de los dos muchachos que reconocen el ocultamiento sintomático todavía en el seno de la ciudad del colectivo LGTB. Esto es sintomático de una enfermedad social que sigue, aún hoy, instalada en suelo burgalés en los que se impone la vergüenza ante la diversidad sexual. Adrián y Pablo, de 16 y 18 años de edad, insultados y humillados por mostrar su afecto en público no quieren darle más repercusión al hecho y el periódico Local sigue utilizando palabros como “tolerancia” sin aludir a la homofobia social y a un tipo de invisibilidad que favorece la impunidad de la violencia contra las personas no heterosexuales, real o simbólica. No es nuevo que en parques y zonas de ocio de Burgos se instale el miedo a mostrarse tal y como se es y que como ha ocurrido en el caso de Adrián y Pablo el odio por homofobia campe a sus anchas e incluso haya quien haga la vista gorda ante sucesos aún más graves. Aún hoy la sociedad burgalesa, a pesar de los avances en todo el estado, sigue muy en mantillas en cuanto al reconocimiento pleno de la diversidad y las palabras de los ediles suenan un poco vacuas y tardías cuando sigue sin reconocerse el 28 de Junio como Dia de Reivindicación y sin ponerse a disposición de la gente más vulnerable a este tipo de violencia los dispositivos necesarios para superar y afrontar no solo a los violentos sino también ese miedo social a denunciar o ser señalados. El consistorio que ahora se lleva las manos a la cabeza no ha hecho nada por habilitar espacios lúdicos para gente LGTB ni información o campañas específicas sobre sus derechos y libertades.  Asignatura pendiente.