jueves, 29 de junio de 2017

PERO, ¿QUÉ ES LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO?

Cuerpos Periféricos muestra su apoyo a la Fundación Municipal de la Mujer ante el nuevo ataque de medios y sectores sociales ultraconservadores

 

La pareja de pinguinos Iker y Erik, de la exposición 'Es Natural'.

 

cuerposperifericosenred
 
La prensa y los sectores sociales más ultramontanos de Cádiz han vuelto a utilizar el mantra de la "ideología de género" para arremeter contra las políticas de igualdad en materia LGTBQI que trata de impulsar el Ayuntamiento de la ciudad en colaboración con los colectivos ciudadanos que trabajamos en esta materia, cebándose de nuevo con sus críticas, para no variar, en la persona de la concejala Ana Camelo Gragera, responsable municipal del desarrollo de estas políticas.

Así, La Voz de Cádiz, perteneciente al grupo ultraconservador Vocento, ese mismo medio que nos aplaude como consumidores adultos que generamos gasto para la ciudad, se ha hecho eco esta mañana de la denuncia de unos padres escandalizados porque en la ludoteca de verano que ha puesto en marcha la Fundación Municipal de la Mujer se explicara a niños y niñas pequeños la diferencia entre gay, lesbiana y transexual. Una circunstancia que, según subraya La Voz, ha sido considerada por dichos padres como "un adoctrinamiento en la ideología de género". ¿Quién le ha dicho a La Voz y a los grupos conservadores que ser gay, lesbiana o trans es una cuestión ideológica? ¿O que educar en el respeto a la diversidad afectivo-sexual es una cuestión ideológica?

Tal vez este medio ignore, o simplemente prefiera obviarlo, que la ludoteca es conducida por una entidad que ganó una oferta de empleo público con una propuesta clara y que seguramente se vio interpelada ayer, Día del Orgullo LGTBQI, por algún niño sobre esta cuestión. Por lo tanto, resulta lógico que, al conocer la respuesta, contestara a ella con absoluta naturalidad, como es preceptivo en nuestro marco jurídico actual.

Parece que La Voz de Cádiz -a la que esta asociación ya hubo de denunciar hace unos meses ante la comisión deontológica de la Asociación de la Prensa por la difusión de un material también "contra la ideología de género" que el grupo ultracatólico HazteOir llevaba a las puertas de los colegios en una estratagema sin escrúpulos para alentar la transfobia en las aulas- ignora que gays, lesbianas y transexuales también tenemos y hemos tenido padres y madres que tienen todo el derecho del mundo a exigir para sus hijos e hijas una educación en valores del conjunto de la comunidad, incluido sus miembros más pequeños, que asegure la integridad física y emocional de sus vástagos. Aunque ya sabemos, a tenor de las campañas que el grupo Vocento viene orquestando en los últimos años en la celebración del Orgullo en Andalucía, que determinados sectores sociales y mediáticos considerarán adoctrinamiento todo ejercicio de visibilidad social y cultural del hecho lgtbqi que se impulse desde las instituciones o la sociedad civil, o que están empeñados en decidir en qué contextos y bajo qué formas de aproximación podemos y debe tolerarse nuestra presencia social. 

Es por ello que desde Cuerpos Periféricos queremos mostrar nuestro apoyo a la Fundación Municipal de la Mujer y a la concejala Ana Camelo Gragera por introducir de manera transversal en sus programas contenidos que ya deberían ser de uso corriente en las mismas escuelas.
 

sábado, 24 de junio de 2017

PETER GREENAWAY: CINE, BISEXUALIDAD Y REVOLUCIÓN

Eisenstein en Guantajo: una fantasía inspirada en hechos reales

 

Por Eduardo Nabal


 


La película Eisenstein en Guanajuato, del británico y controvertido Peter Greenaway,  a pesar de las chirriantes piruetas y algunos molestos excesos característicos de su realizador, supone un atrevido acercamiento a la personalidad y, en particular, a la bisexualidad del gran cronista cinematográfico de los albores de Revolución Rusa desde sus héroes y sus grandes episodios (El acorazado Potenkin), hasta su progresiva decadencia, marcada por la llegada al poder de Stalin, con la consabida represión o exilio de intelectuales críticos o disidentes. Ese joven tímido y, posteriormente, director de personalidad arrolladora que inventó el montaje dialéctico o “de atracciones” convirtió en imágenes para el recuerdo algunos de los sueños de Lenin y en estatua brillante al héroe revolucionario, firme, inmaculado, impenetrable, dotándolo de un aplomo y una  belleza particulares, una entidad visual sin precedentes, cronista incansable de sublevaciones y revueltas.

El realizador de Conspiración de mujeres o The pillow book, barroco, desbocado, escatológico, irreverente, en ocasiones cosmético, esteticista y algo exuberante, se centra en su estancia en México en los años treinta, donde, huyendo de la codicia de Hollywood y temiendo también la inminente implantación del estalinismo en su país de origen, rueda sin lograr acabarla ¡Que viva México!, una obra maestra inconclusa y  mutilada sobre la insurrección del pueblo mexicano frente a la violencia del gobierno del momento, el caciquismo de los terratenientes, las oligarquías financieras y el ejército al servicio del poder y contra los campesinos.

Una historia que retomara al estilo de  Hollywood Elia Kazan en su Viva Zapata, mejor por sus intenciones que por sus logros finales. Pero el realizador de El vientre del arquitecto se aproxima sin pudor y con cierta lubricidad a los amores entonces “prohibidos” del realizador de Iván el terrible, mostrándonos un Einsestein enloquecido, equívoco, debatiéndose entre sus ideas sobre el hombre, el cambio social y sus inagotables fantasías homoeróticas, así como entre desbordadas disquisiciones filosóficas que le conducen a un ‘Eros y Tanatos’, dadas en clave de cine británico de qualité y que cristalizan en un México a la vez irreal y caleidoscópico, histórico e histérico, no exento de ecos buñuelianos.

En lo sanguinolento y lo artificial, en lo anal y lo funeral, entre la historia y la metaficción, entre la parodia, la fábula especulativa y el homenaje, Eisenstein en Guanajuato no es un filme histórico, sino una fantasía sobre una vida en un país en un momento de la historia.  Tal vez el realizador se haya pasado de la raya, como afirmarán  algunos, pero es precisamente en ese delirante coqueteo con el surrealismo de corte jarmaniano donde reside  el irreverente encanto de esta deliciosa, subyugante y sexualmente frugal aproximación a un Einsestein parcialmente “falso”, que vive su despertar sensual sin límites en un México rodeado de gente como Diego Rivera, Malcom Lowry, Frida Kahlo, su fiel cameraman Eduard Tissé o aquellos que lo quieren hacer volver a una Rusia cada vez menos acogedora para los talentos desbocados y las personalidades excéntricas y de ambición creativa desmedida. Einsestein, tímido y atormentado, nunca fue así, pero estamos ante una fantasía a partir de los resquicios ocultos de la historia, de sus claroscuros y medias verdades, convertidos por el realizador británico en momentos de cine puro, no exento de ráfagas literarias desbocadas sobre la vida, la revolución, el sexo, el amor y la muerte.

Como desbocado es el cuerpo imperfecto pero, en muchas secuencias, desnudo y sediento de sexo, carne y sudor de este cineasta atormentado y genial que hoy es conocido por poner imágenes al mejor momento de la Revolución Rusa desde La huelga, El acorazado Potenkin o la colosal Octubre, y cuyo paso por México fue cinematográficamente incompleto, pero, según Grenaway, deslumbrante para los sentidos, relevador para su extraña personalidad desdoblada y lleno de imágenes perturbadoras. Imágenes que mezclan la pesadilla de la muerte, el fin de la juventud, el temor íntimo al cambio y el fin de un trayecto, el despertar de las sexualidades reprimidas y el deseo inútil del anonimato, la huida o la fama.

Eisenstein nunca negó la influencia de Freud y el cine surrealista en su obra pero Greenaway ha superado cualquier expectativa sobre la puesta en imágenes de sus fantasmas y sus fantasías. Fantasmas privados y sociales que están en el eje de este tan suculento como atípico, desbocado y osado biopic, fuera de la norma, las normas y la época.

 

domingo, 4 de junio de 2017

¡EL CONTUBERNIO PERIFÉRICO ATACA DE NUEVO!

La Teoría Crip y la política de lo remoto

 

Por Endika Erice con José García





 
Si hay algo que nos ha entusiasmado de todo cuanto se ha dicho hasta ahora sobre nuestro colectivo en nuestra todavía corta historia ha sido su catalogación como ‘contubernio periférico’. ‘Contubernio’, como la mayoría de la gente sabrá, significa ‘convivencia o alianza ilícita’, por lo que nos imaginamos que aquel que la utilizó con el ánimo de zaherirnos debía referirse implícitamente a las relaciones afectivas y de convivencia un tanto heterodoxas que mantenemos algunos miembros de nuestra asociación, una consideración moral que no deja de tener gracia viniendo de donde viene, pero que a mí me encanta como apelativo porque refiere cuestiones políticas que para mí y el resto de mi colectivo son centrales, como es la organización normativa de la convivencia y los afectos, la representación de los cuerpos no normativos y su resignificación simbólica a través de distintas prácticas sociales y discursivas. Algo que, desde luego, carece del más mínimo interés para quienes se han instalado en estrictas prácticas políticas de Ley y Mercado, pero que ha sido un debate que particularmente he intentado introducir en la plataforma Cádiz con Orgullo desde que hace aproximadamente un año publicara en nuestro blog un desnudo integral de mi cuerpo tullido e nterpelara a todxs nuestrxs lectorxs que “quién les había dicho que yo no era sexy”.
Crip es un término derivado en inglés de la palabra cripple, que significa ‘tullido’. Como el término queer, ha tenido una historia tortuosa: por un lado, tiene unas connotaciones peyorativas; por el otro, ha sido objeto de reapropiación y reivindicación por parte de las personas que somos estigmatizadas por esa palabra. La Teoría Crip, formulada por Robert McRuer en 2006 en su obra de idéntico nombre, supone ya un posicionamiento político que se opone tanto al modelo médico de la ‘discapacidad’, que la reduciría a la univocidad de la patología, el diagnóstico o el tratamiento/eliminación; como al modelo social, que sugiere que la ‘discapacidad’ debe ser entendida como situada, no en los cuerpos (y mentes) de personas, sino en un entorno inaccesible, el cual tiene que adaptarse a ellos. Sin embargo, las políticas de la Teoría Crip están más centradas en el exceso, el desafío y la transgresión extravagante: ‘crip’ ofrece un modelo de ‘discapacidad’ culturalmente más generativa (y políticamente más radical) que un modelo social que es solamente, más o menos, reformista, como apuntaría el propio McRuer.
En este sentido, nuestro colectivo tenía un especial interés en poder iniciar un debate que indagara las prácticas culturales en las que la capacidad y la heterosexualidad son pretexto para el sostenimiento de ciertos privilegios sociales; teorizar y describir las formas en que estos campos funcionan de manera colaborativa, para generar una crítica a los sistemas del capacitismo y la homofobia, con especial atención a las formas sutiles en que estos sistemas funcionan bajo el capitalismo neoliberal contemporáneo. Y poder hacerlo, o iniciarlo, en el aquí y ahora.
Por eso la composición del balcón consistorial en el clímax de la manifestación de Cádiz con Orgullo 2017 no era una cuestión caprichosa ni la polémica que la ha rodeado puede reducirse a una simple confrontación de talantes personales. Era ideológica. Y así se planteó en los debates de las asambleas de Cádiz con Orgullo 2017, que finalmente quiso apostar por dar voz y visibilidad a nuevas formas de corporalidad representadas por nuevos rostros, rostros y voces que nunca antes habían hablado desde esa ni ninguna otra tribuna y que no querían verse amortizados políticamente por otros rostros y voces que ya han podido ser oídos de manera reiterada, por figuras públicas que tienen como estrategia básica su institucionalización.
Pero no pudo ser. Los apologetas de la pluralidad ningunearon aquel debate producido en unas asambleas a las que nunca acudieron y que percibían como poco “eficaces” (un criterio de valoración de los medios de organización ciudadana que pertenece al mundo de la empresa y no al de los movimientos sociales) y optaron por el telefonazo y la entrevista con el alcalde para que este sometiera ‘manu militari’ a aquella plataforma que planteaba aquel debate y que se resistía a su ‘gobernabilidad’.
Pero todo esto es ya historia pasada. Y ahora lo que queda por delante es el futuro. Ojalá que en el próximo Orgullo los maricas tullidos no quedemos invisibilizados ni condenados a observar el acontecimiento desde la barrera por estas políticas de lo remoto, este reivindicar desde Cádiz al Gobierno de Madrid, desde Madrid al Gobierno de Chechenia…. Una estrategia perfecta de distracción para no hablar de las grandes carencias que en materia de derechos lgtbqi presentan todavía los administradores del poder local, para no hablar de lo que esperábamos y seguimos esperando en el aquí y ahora del Orgullo gaditano.