miércoles, 28 de febrero de 2018

WONDER WHEEL: WOODY ALLEN Y LA PESADILLA EN EEUU







Por Eduardo Nabal

“La ruleta de la fortuna” es una de las películas más ácidas y sociales de Woody Allen en mucho tiempo que, sin abandonar sus constantes y obsesiones temáticas y estilísticas, logra un ejercicio fílmico de primera tomando como puntos de apoyo – además de sus obsesiones habituales- la dramaturgia mas comprometida (con referencias a varios escritores célebres)y , sobre todo,   la lírica y algo mórbida de Tennessee Williams. Una cuidada fotografía del italiano Vittorio Storaro (con una luz envolvente y seductora) acompañan a una inteligente, incómoda y acerada reflexión sobre las mentiras que aún se venden acerca  del llamado “sueño americano”. Un escenario que tiene mucho de teatral y colorista pero con un argumento inquietante, cada vez mas amargo  y unos personajes atormentados por el pasado, el presente y el futuro donde los ensueños y la codicia chocan de forma sombría. Un filme hermoso y triste, lleno de ironía  e incisivos apuntes sobre la feminidad y la masculinidad, la doble moral, la lucha por la supervivencia  así como excelentes trabajos de actores y actrices destacando Kate Winslet en uno de los papeles más complejos, ambiguos  y difíciles de su dilatada carrera. Un filme que no deja de ser un retrato nada amable  de la “otra Norteamérica” de manos de un dramaturgo y cineasta escéptico que, sin dejar de beber de otras fuentes, se muestra en plena forma en el fondo y en el estilo, mezclando la comedia sentimental, el melodrama social y el cine de intriga, como ya hizo con fortuna en "Blue Jasmine" e "Irrational man"

sábado, 24 de febrero de 2018

LAS HERRAMIENTAS DEL AMO









Por Eduardo Nabal


"Las herramientas del amo nunca desmontarán su casa”, afirmó  Audre Lorde en su obra maestra Zami: Otra forma de deletrear mi nombre, un libro precursor de la 'teoría queer' e inserto en las coordenadas de la narrativa racial, social y lésbica, feminista y combativa contra las exclusiones en la Norteamérica de los sesenta, donde se fraguaban pero también se silenciaban voces importantes e influyentes mas allá del canon, por lo general, blanco, acomodado, heterosexual y masculinista. Lorde habita la casa de la diferencia junto a la dramaturga Lorraine Hansberry (Un lugar en el sol), la novelista Alice Walker (El color púrpura, En posesión del secreto de la alegría) u otros nombres pioneros de la talla de Lanston Hughes (poeta y precursor) o Jimmy Baldwin, testigos implicados y contadores de historias de la Historia.

La memoria de la esclavitud, la segregación y la violencia real o simbólica seguía vibrando en la época en la que la derecha armada asesinó a Malcolm X o Martín Luther King, en la época en la que Rosa Parks se sentó por primera vez en un autobús para blancos, desafiando la prohibición de los amos. El tiempo en la que Nina Simone cantó con voz rasgada, lírica y profunda contra la exclusión y los linchamientos en algunas zonas del Sur de EEUU.

Al inclasificable e infumable Trump, sin nada que ver con el lema de Audre Lorde y en las antípodas del mismo,  se le ha ocurrido la infeliz idea de armar a los profesores para acabar con la violencia en las aulas. O sea más herramientas de muerte para simular que le importa la lucha contra la violencia y la exclusión cuando, por otro lado, siembra y provoca la pobreza, el racismo, el sexismo y la homofobia dentro y fuera de sus fronteras, con las herramientas del amo.

En su viaje a Nueva York, Federico G. Lorca conoció el renacimiento de Harlem, la todavía incipiente lucha de los negros por la emancipación y la reivindicación de la diferencia, conoció al inmenso  poeta Lanston Hughes (figura clave en el movimiento desde las calles) y cantó a los suburbios y garitos de la gran urbe, esos suburbios que siguen hoy en día cercados por cordones policiales o para-policiales.

El señor Trump no lee, presume de ello y ni siquiera sabe algo del viejo lema de la autora del impagable ensayo La hermana, la extranjera, madre de la interseccionalidad en todas  las luchas sociales, junto a las mexicanas inmigrantes y la poblaciones todavía entonces recluidas en espacios acotados. Sus herramientas señor Trump nunca desmontarán sus casa, si acaso la de otros, la de muchos y muchas inocentes en diferentes partes del mundo
 

sábado, 17 de febrero de 2018

I AM NOT YOUR NEGRO: JAMES BALDWIN, RAOUL PECK Y EL RACISMO EN EEUU






Por Eduardo Nabal

I am not your negro, es sin duda, el documental más elocuente y claro del año pasado. Un trabajo valiente y contundente donde se analiza sin medias tintas el racismo hacia los negros en la historia más o menos reciente de EEUU. Un racismo que ha continuado bajo el mandato de Obama y se ha reforzado con la llegada del siniestro Trump. El hilo conductor y narrador de esta parte, en general conmovedora, lúdica pero también desagarrada, de la historia de la marginación, las luchas sociales y la violencia en occidente es el escritor afroamericano James Baldwin, poeta, dramaturgo, narrador (pionero en la literatura gay anglosajona y afro) y activista, cercano a figuras claves en la película de Raúl Peck, director de origen haitiano, como Malcom X, Lorraine Hansberry (poetisa comprometida marginada en su época)  o Martín Luther King . 
Luchador@s cuyas muertes señalaron los sueños semiderrotados de unas décadas pero cuyo legado por la libertad, el derecho a la diferencia y la búsqueda de la autenticidad en una sociedad estructurada desde un sistema económico opresor  y una serie de desigualdades que quedan reflejadas  en esta pequeña joya del género documental, un trabajo conciso pero inolvidable, un filme de oro. Con gran ritmo, colorido,  elegancia en la planificación, no exento de imágenes duras de violencia policial y resistencia de un pueblo marginado entre los suyos, “I am not your negro” es un camino hacia el empoderamiento racial y hacia los frentes abiertos contra la alineación y la injusticia. En esta ocasión el realizador de la controvertida Déjame salir – donde aborda en tono de comedia negra el mismo problema racial- consigue su trabajo más preciso, contundente y, en definitiva, magistral.

jueves, 15 de febrero de 2018

'HYBRID': ARTE QUEER A LAS PUERTAS DE LA SIERRA DE CÁDIZ

El fotógrafo gaditano José G. Granado inaugura dentro de pocas horas en Arcos de la Frontera una muestra que aborda sin tapujos las identidades y expresiones de género no normativas




Por José García


Teresa de Lauretis, precursora en los años noventa de la teoría queer, entendía el yo como un ego cuerpo, un horizonte perceptual proyectado que no solo contiene y delimita la imaginaria morfología de un 'yo individual', sino que capacita también para el acceso a lo simbólico. Esta misma consideración del sujeto parece residir en la muestra fotográfica que se inaugura dentro de pocas horas en la sala Victor Marín del Palacio de Mayorazgo de Arcos de Frontera, a las puertas de la Sierra de Cádiz, obra del artista gaditano afincado en San Fernando José G. Granado, licenciado en Filosofía Pura y fotógrafo de largo recorrido que asume perfectamente las interrelaciones de ambas disciplinas: "la fotografía también es una forma de expresar ideas: puedes escribirlas, puedes plasmarlas en un cuadro y también puedes expresarlas a través de la fotografía", nos apunta.

Granado ha fotografiado a lo largo de su vida profesional numerosas formas de subjetividad, pero esta es la primera vez que se adentra en el fascinante paradigma de 'lo queer'. "He querido reflejar, principalmente, el género sentido por las personas", continúa.



La innovación de esta nueva exposición fotográfica de Granado no solo reside en la temática abordada, también en la forma de aproximación. Definiéndose habitualmente como un fotográfo dedicado a lo figurativo y lo realista, no tiene tapujos en reconocer el toque surrealista de Hybrid, que deja aflorar elementos latentes en el subconsciente. La conexión con el mundo de los sueños y, por ende, del psicoanálisis, queda patente desde el mismo origen de la idea. "Este trabajo proviene de un pensamiento que se me vino a la cabeza en ese momento de transición entre el sueño y la vigilia. Me vino a la mente la imagen de un chico en calzoncillos, sucio y agobiado por una enorme confusión mental: "yo quién soy en realidad".





La muestra fotográfica consta de veinticinco piezas de 50x70 cm y ya ha sido exhibida en San Fernando y en Chiclana en su primer año de existencia. Para llevarla a cabo hubo de valerse de modelos con identidad homo o trans. "Al principio intenté hacerla con modelos heterosexuales. Pero no daba buen resultado. La expresión de género que mostraban no resultaba creíble", explica. Luego encontró a Adri, a Juanma, a Borja, a Luis, a Marta, a Mela y otrxs tantxs, con un resultado del que hablan por si solas las fotografías que mostramos en este reportaje, parte de la muestra.







Granado procura siempre fotografiar ideas predefinidas. "Nunca improviso en mis fotografías. Siempre hay una idea que ha estado previamente dando vueltas en mi mente". indica. Y lo mismo cabe decir de su técnica. El artista comenzó su carrera profesional con la fotografía analógica. Después aparecieron los procedimientos digitales y se le abrió todo un mundo de posibilidades hasta entonces desconocido. "Sin embargo, yo no imprimo mis fotografías con tinta, aunque sean digitales. Utilizo el sistema antiguo de revelado, a base de productos químicos, lo que permite una mejor conservación a lo largo de los años", prosigue exponiendo. 




La inauguración de la muestra, que podrá visitarse en Arcos hasta el próximo 14 de marzo, vendrá acompañada de la performance Siénteme, con texto de Chema de la Flor y dirección de Carolina Serrano, en la que un sujeto masculino dialoga con su "otro" yo femenino, en un desdoblamiento de la personalidad que transgrede los binarismos de género.

Esperamos que la muestra pueda visitarse en otras localidades de la provincia y, entre ellas, como no, la capital gaditana.

RELATO TEATRALIZADO: "BAJO LA RUEDA" (DOS CHICOS EN UN SIDATORIO CUBANO)





BAJO LA RUEDA

Pieza basada en el relato de Juan Carlos Roque Moreno

Escrito en el taller literario del sanatorio de 'Villa de los Cocos'.

Dos personajes
Hermán
Abel

(La acción transcurre en el interior de la habitación hospitalaria de un sidatorio cubano. Una estancia pálida, aseada, con dos camas- cada una situada en un extremo del cuarto-y un gran armario en el centro. Junto a las camas, dos sillas. Una puertecita junto al lecho de Herman da a un pequeño lavabo. Herman está sentado en la cama leyendo, se sobresalta y deja el libro cuando se abre la puerta. Entra tímidamente, pero con aprendido aplomo ,Abel, un chico algo mayor que Herman, aunque de mejor aspecto. Lleva una gorra a lo 'Che Guevara', una camisa a cuadros, unas botas altas y unos pantalones militares. Herman lo observa sentado, mientras Abel deja su macuto sobre la cama y esboza un saludo con la cabeza)

HERMAN (A Abel mientras este empieza a deshacer su macuto): Llevo en este cuarto tres años más que tú. Me respetas y te respeto. No me toques los casetes ni me deshagas la cama. Ah! Y no me llames por la espalda que me erizo… Última noticia y la más mala: ¡Soy maricón! ¿Oíste, querido?... (Abel se sienta en la silla. Herman lo mira algo preocupado y arrepentido de su verborrea. Abel se relaja en la silla y mira a Herman)

ABEL: Me llamo Abel, tengo una niña y no me gusta meterme con nadie. (Pausa) Tampoco soy maricón, solo estoy enfermo ( A Abel le tiembla el brazo y se echa la cabeza en las manos. Herman saca una pastilla de debajo del colchón, llena rápidamente un vaso de agua en el baño y se lo acerca a Abel que lo sorbe de un trago. Abel solloza, se tumba en la cama y se va quedando dormido mientras mira hacia la pared. Herman lo mira con desconcierto y luego, mientras se desvanece la luz vuelve su cama)

(Entra la luz del día. Cada uno de los dos esta sentado en la silla junto a su cama. Vestidos de enfermos, dialogan como en una reciente amistad. Están jugando a un juego de adivinanzas literario)

HERMAN: Ok. Sigamos jugando.
ABEL: Es que no caigo, de veras
HERMAN: ¡Comemierda! Eres un inculto. Era Tagore, el poeta. Ok. Como quieras, dejamos del todo la poesía. Pero ahora jugamos a otros libros. Yo digo el título y tú el autor.
(Fiesta)
ABEL: Ernest Hemingway.
HERMAN: ¿La montaña mágica?
ABEL: Thomas Mann
HERMAN: Bajo la rueda
ABEL (con cara de sorpresa) ¿Bajo la rueda?
HERMAN: Tú siempre pierdes. Eres un inculto. Aquí dentro hay que estar para parar a los demás, igual que ahí fuera. Somos el resumen de una sociedad que delante del mundo es igual, pero más amplia, como si la enfermedad no fuera la misma para todos. Yo te hablé de la música. Te conté lo del teatro, los aplausos, los camerinos y mi carrera en los escenarios. Hasta te hablé de aquel tío mío tan especial que me abrió los ojos al mundo y compró una cantina junto a la costa. Ahora te toca a ti contarme lo tuyo.
ABEL: Mira, Chen, yo leo bastante y no soy ningún bruto. Pero de ahí a contarle mi vida a otros, pues, que quieres que te diga…
HERMAN: Tienes que hacerlo. Es como si contándome tu vida le dieras un poco más de tiempo a la mía.
ABEL: Está bien. Soy de Cienfuegos y desde muy chiquito me gustó lo militar. (Señala a la boina encima de la cama) La boina es por lo del Che, ya sabes. Cuando pasaban un programa sobre él, con la musiquita esa que ponen (Suena levemente una tonadilla militar-heroica)…hasta me empalmaba y todo. Así que cuando termine el pre- inicié una carrera militar y a los dos años ya estaba afuera. En Cienfuegos dejé ya una niña. Al año de estar en la misión conocí a Mariam. Era radista. Negra como la noche y no hablaba español, pero tenía la misma forma de Acela, mi mujer, la misma manera de decirlo todo con la mirada. Solo con sus ojos. Cuando llegué a Cuba me hicieron los análisis y sin darme cuenta me encontré aquí dentro: sin familia, sin niña. Coño, lo que más me me jode de todo es la niña.  Quisiera verla crecer, criarla, Herman, tú no te has puesto a pensar que nunca sabremos cómo pudimos haber sido de viejos. Yo necesito mucho más tiempo ¿De qué me sirve tenerlo todo aquí? ¿De qué nos sirve?

HERMAN: Ay, no, no,  por tu madre, charlas políticas aquí dentro, no. No te has dado cuenta que detrás de este muro no existe el tiempo, que "ni siquiera somos seres humanos”: somos una nueva especie. Cometimos el delito de contagiarnos y ahora por edicto de no sé quién carajo somos hasta “clasificables”  (Pausa) CONFIABLE, es la palabrita. ¿O por qué crees tú que salimos más tiempo de paseo y hasta solos? Estos son los privilegios ¡Abel! Cuidado. Ser 'Confiable' aquí adentro es como ser pinche o burgués. ¡Pertenecemos a la élite! Tú sabes que si no eres confiable, eres mierda, y si eres confiable “mierda también”. Mira a Manolito (pausa) Cada vez que sale se tiempla a dos o tres internos y hasta se empastilla y todo.  (Pausa) Y aquí dentro es un santo ¡Charlas! Esto es una jaula de oro con mucha comida, pero JAULA. Tú no entiendes que allá afuera hay el doble de los que estamos acá. Que son miles los que siguen regando el SIDA por ahí y no van a siquiera a los hospitales para que no los cojan. (Pausa)¿Cuál es el objetivo? Estoy ya no es solo lo de los gays… Esto lo coge cualquiera. Y sin embargo nos quedamos solos, sin familia, sin amigos…Y tú me vienes con charlas. No me jodas coño. Lo que hay que hacer es seguir soñando. Soñando aunque sea 'Bajo la rueda'.

(Pausa. Abel asiente desconcertado y luego se recuesta en la cama. Herman abre el armario y rebusca en uno de los cajones, del que saca unos sobres y luego empuña unos papeles. Abel permanece tumbado en la cama y tapado con las mantas)

HERMAN: Anoche estuve leyendo tus papeles. (Pausa) No iba a dejar que se los llevaran. Por eso escondí un montón de cartas escritas a tu familia pero no enviadas. ¿Sabías que Acela te las iba a devolver intactas como hizo con todas las otras? ¡Y entre tantos papeles, UN POEMA! De tu puño y letra. ¿Era tuyo? (Enfático) ¡Haciéndote el Che y hasta poesía escribes! Herman lee dirigiéndose al público:

(Cuando Herman lee los poemas de Abel suenan truenos a lo lejos, la luz blanca es sustituida por luces de colores intermitentes, sin demasiado histrionismo)

SOBRE LA CIUDAD DILUVIAN SENTENCIAS DE MUERTE
Y AFUERA LA GENTE A EMPEZADO A MORIR COMO LAS GACELAS
TRISTES, TIBIAS.
YA NO LLUEVE IGUAL EN TODA LA COSTA
LAS LÁGRIMAS Y LA SANGRE CAEN DONDE CAÍA SOLO ORO
Y EL ORO ES SOLO PARA LOS DIOSES QUE YA TIENEN SUS ESTATUAS DE BRONCE

HERMAN: (mirando a Abel): Cuando la fiebre subió a los cuatro días me asusté.
ABEL: (Desde la cama tembloroso pero con voz ronca y clara): Diles que es un catarro o que estoy pintando.

(Herman sigue recitando al público)

QUE DECIR SINO QUE TE SUEÑO
PRESIENTO TU RESPIRACIÓN ¿HABRÁS MUERTO?
NO, LAS ESTRELLAS NO DICEN NADA DIFERENTE.

ABEL (desde la cama): Me siento mal, Chen. Me duele la cabeza. ¿Qué vaina me está pasando? No, no vayas, no vayas Chen. Si se lo dices me llevan para el IPK y si caigo ahí me muero

HAY UN DESIERTO QUE SE EXTIENDE MÁS ALLÁ DE ESTAS FRONTERAS
DONDE LA VIDA ES COMÚN, COMÚNMENTE FELIZ
Y ALLÍ FALTA EL AGUA DONDE ABUNDAN LOS PECES
Y AQUÍ FALTAS TÚ Y YA NADA ABUNDA

(Llaman a la puerta de la habitación con golpes cada vez más enérgicos) ¿Abel?

HERMAN: Pintando, dice que no sale hasta que no termine
(Siguen llamando) ¿Abel?
HERMAN: Pintando. No, no, dice que no sale hasta que no termine.
¿Abel?
HERMAN: Pintando, no, no, de veras, dice que no sale hasta que no termine. (La luz desciende poco a poco. Hermán recita al público cuando no habla con Abel)

HAY MURCIÉLAGOS POR TODOS LOS LADOS
CREO QUE LA GENTE HA COMENZADO A COLGARSE DE LOS PIES


DESDE LAS MANECILLAS
DE LOS ANTIGUOS RELOJES
NO SÉ QUE SUCEDE. AL CAMINAR ENCUENTRO MUERTOS POR TODAS LAS ESQUINAS.

HERMAN: (Se dirige a Abel y al público de forma alternativa o simultánea): Era la fiebre del caballo. Me lo dijo por teléfono la secretaria del Director…Yo también la tengo, por haberte cuidado. (Se acerca a la cama de Abel y más adelante avanza hacia el público a través de la penumbra) Oscuridad y silencio. Tengo que salir de él. Uno se cansa de seguir el juego, De ser una pieza más. Cada noche se me hacía más y más difícil dormir. Noches largas como días negros. Siempre terminaba tomándome una de mis pastillas clandestinas, las de debajo del colchón, las tomaba para alejar el pensamiento de que la muerte se parece al sueño (Pausa) Hoy no, hoy estoy seguro de lo que voy a hacer.


(Se dirige a Abel con voz alta, en la penumbra y con una luz que cae sobre su figura) Nunca te lo dije pero yo no era un gran actor- apenas comenzaba en el ISA cuando me trajeron para el sanatorio. (Pausa) Tampoco era un Gran Maricón. El arete, la pintura y la cadena eran pura escenografía para hacerme el chocante y que no te metieras en mi vida. (Al público) ¡Dios mío, ni eso era! Ni siquiera me llamó Herman, sino Hermenegildo. Así me lo puso mi vieja y yo me lo cambié a los 17 ¡Y ya tengo veintiséis! Y no tengo a nadie que me abrace, yo también necesito a alguien que me dé un beso en la frente. (Enfático) ¿Por qué me fallaste ahora Abel? “Justo cuando tengo que salir a saludar al público”

(Adaptación Eduardo Nabal)

viernes, 9 de febrero de 2018

"SI AL NACER NO NOS ASIGNARAN UN SEXO NO ESTARÍAMOS TENIENDO ESTA CHARLA"



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Almudena Pérez, coordinadora provincial de la Fundación Daniela, junto con otras mádres de menores trans, ha acudido esta tarde a la sede Izquierda Unida en La Línea de la Concepción, en Cádiz, invitada con ALEAS del Campo de Gibraltar, para exponer ante un variopinto auditorio, en el que no faltaban ni vecinos y vecinas, ni profesorado, ni otras buenas amistades de la comarca, la situación en la provincia de estos niños y niñas. "Cuando el ginecólogo ve la ecografía ya le asigna un sexo a tu bebé. Entonces empiezas a construirle una vida. Pero muy a menudo esa vida no es la que tu hijo o tu hija quiere", atestiguó Pérez. Y, así, poco a poco, se fue deslizando hasta el meollo de la cuestión: "Si al nacer no nos asignaran ya un sexo, seguramente no estaríamos teniendo esta charla".

La portavoz de la Fundación Daniela comenzó su exposición exponiendo la variedad cromosómica del ser humano y cuestionó con ejemplos muy contundentes el binarismo genético  que solo considera el binomio XY como criterio para la asignación del sexo varón y el XX para la mujer. Como ejemplo más sangrante puso el ejemplo de los bebés intersexuales. "Los padres y madres de los bebés intersexuales están luchando para que no se mutile una parte de sus genitales y se les deje crecer y decidir su identidad de género. Una opción que siempre ha venido casi impuesta por el médico en función de la composición cromosómica del recién nacido", señaló.

"A mi hija en la clase de biología no le pueden explicar que una persona por tener vulva ya es mujer y que otra por tener pene ya es hombre. Hemos de hablar de cuerpos testiculares y cuerpos ováricos, y en medio una gran variación humana, como son los cuerpos intersexuales", continuó Pérez. En el sistema educativo andaluz existe un protocolo de actuación activable cuando se conoce la presencia de un alumno o alumna trans desde 2014, con la aprobación del II Plan de Igualdad. Sin embargo, se quejaron desde la Fundación Daniela, hasta no hace mucho no se ha sido muy diligente en la mayoría de los centros a la hora de implementarlo. "Nos hemos encontrado con centros que le han ofrecido a nuestros hijos e hijas el servicio para discapacitados o el destinado al profesorado. A veces la dirección puede manifestar posturas muy conservadoras al respecto", concluyó.

'EL DÍA ANTERIOR A LA REVOLUCIÓN': EL MANIFIESTO ANARQUISTA DE LE GUIN, por Eduardo Nabal







En El día anterior a la Revolución, Úrsula K. Le Guin  -conocida como una autora rompedora en el género de la fantasía y la ciencia ficción- traza un personalísimo tratado y aproximación a la ‘utopía anarquista’, a partir del sendero personal un personaje femenino en su última trayectoria en un mundo que ella misma no cesa de tratar de cambiar, en todos los aspectos. Y es este enfoque psicológico, feminista, multidimensional, libre de ataduras, lo que convierte a su particular manifiesto en una original pieza de literatura además de en un ensayo ‘sui géneris’.

La autora de La mano izquierda de Dios, entre otras narraciones, recientemente desaparecida, no teme a los nombres históricos del anarquismo, con referencias a Emma Goldman, entre otros muchos, ni se detiene en el análisis del capitalismo que sustenta las instituciones, mezcla un tono aparentemente naif y poético con un lenguaje barroco y hasta inventivo. La protagonista es Odo, nombre extraído de un personaje de su libro Los desposeídos, y su viaje hacia la libertad está salpicado de reflexiones anti-convencionales sobre el mundo en que vivimos y las conclusiones de sus personajes. Escrita en 1974, muestra ya avanzadas ideas sobre el género, al tiempo que abraza algunos de los postulados ecologistas y antimilitaristas característicos del periodo y de su propia narrativa de ficción científica en este irrepetible ‘opúsculo’ que puede fascinar tanto por el fondo como por la forma. 

Un trabajo literario y sociopolítico irrepetible, que a pesar del paso de las décadas mantiene una fascinante vigencia gracias a su capacidad introspectiva y a su falta de complejos a la hora de exponer sus postulados más extremos, estremecedores o hermosos. Jugando con los nombres y los personajes, las posiciones, las reflexiones y las acciones estamos ante una obra insólita de una autora que este año nos ha dejado tal vez también para ser redescubierta en una de sus muchas facetas como creadora de universos paralelos e inspectora de un mundo jerárquico, heteropatriarcal, capitalista e institucionalizado de diversas formas y mediante diversas fórmulas. 

La autora nos introduce en las diferentes etapas vitales de su protagonista y aborda de forma original cuestiones como la vejez, la continuidad de las luchas, el abatimiento y el camino de la utopía anarquista en un mundo resistente al cambio de casi cualquier tipo, sobre todo en el terreno del altruismo. Le Guin desbarató con mayor o menor fortuna- siendo su obra literaria fascinante pero desigual- el masculinismo y la violencia casi inherentes a la ciencia ficción que la precedió, y en esta ocasión opta por el estilo de la obra de pensamiento e ironía en la línea de, por ejemplo, Mark Twain o Jonathan Swift, para una aproximación sin tapujos al anarquismo de base como forma de pensar y repensar nuestras relaciones con el mundo y con nosotros/as mismos/as. La autora nos introduce en la transición y las diferentes etapas de una protagonista que ha emprendido un sendero que la conduce, sobre todo, hacia un redescubrimiento de sí misma y su relación con su causa  y su mundo.

Si esta obra -recién reeditada en una versión muy cuidada- ya clásica en la producción literaria de una autora más conocida por sus incursiones feministas en el género de la ciencia-ficción utópica y distópica, se mantiene plenamente en pie hoy día, es porque a pesar de abrazar algunos postulados de los orígenes del pensamiento anarquista también se introduce en la piel de sus protagonistas en un ejercicio fascinante de juego con la libertad en el lenguaje, la metaficción y la falsa ingenuidad.