Este ensayo no es un manual de instrucciones
Por Eduardo Nabal
El provocador, lúcido e inteligente autor del
ensayo Saint-Foucault -cuya
traducción llegó desde Argentina a las librerías españolas- nos vuelve a
sorprender con su obra más reciente y completa: un estudio lúdico, fresco y
provocador que, desde luego, decepcionará a los buscadores de marcas de ropa o
indicadores de conductas normativizadas, a los neoconservadores del movimiento o a los que esperen algo
ajustado a las convenciones.
El libro de Halperin, cuyo título no hace justicia
a su contenido, es precisamente un libro sobre y contra la heteronorma desde
posiciones de investigador/instigador que analiza el mundo con sumo interés,
centrándose en la evolución de la subcultura o la mirada ‘camp’ de otros
tiempos y reivindicando su carácter trans-histórico y subversivo dentro de la
historia de las sexualidades modernas.
Haperlin, una de las voces más comprometidas dentro
la cultura queer anglosajona, parte de Esther Newton (Mother camp, recién traducido al castellano) pero también de
nombres tan dispares como Sontag, Sedgwick, Foucault o el cine clásico de
Hollywood, el glamour en el arte, el musical o el cabaret para seguir la pista a las formas
de supervivencia y/o reapropiación de lo gay y lo queer de diferentes elementos
socioculturales, desde la caverna hasta las nuevas formas de concebir la
comunidad dentro de la comunidad, sin dejar nunca de plantear nuevos
interrogantes que hagan avanzar el pensamiento reciente hacia la multiplicidad
diversa, la diáspora inclusiva y la reflexión incómoda.
El último ensayo de David Halperin, lúdico, ameno
hasta lo indecible, afilado, profusamente documentado y lleno de ejemplos y
reflexiones a la vez divertidas y profundas, es una poderosa caja de
herramientas contra la uniformización, la indefensión, y un sólido y a la vez
vaporoso punto de partida en modelos aparentemente heterosexuales, cambiantes o
ambivalentes, de los que se apropia para adentrarse sin miedos en las culturas
queer de resistencia, esas culturas que se reinventan a sí mismas desde la
noche de los tiempos.
Halperin parece decirnos que antes de saberlo la ‘queeridad’
comparte, a su manera, unos códigos lingüísticos comunes (“ese sueño de un
lenguaje común” del que hablaba Adrienne Rich) ya hace mucho tiempo y desde o
en la resistencia, en unas subculturas que no solo no han sido superadas sino
que van muy por delante del modelo homonormativo y asimilacionista hoy
dominante en muchos lugares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario