Chechenia 27
Por Eduardo Nabal
En una charla sobre
derechos humanos, una activista feminista me llamó la atención o más bien me
invitó a no establecer agravios comparativos para denunciar una realidad
sangrante o una violación de derechos humanos. En ese caso se trataba de los
travesticidios en algunas zonas de Latinoamérica. Pero me encuentro de nuevo de
bruces ante la cuestión y con el mismo
arma de doble filo con las noticias que vienen de Chechenia ¿cuál es el
“cualitativo” valor de lo humano y el
significado ambiguo de la palabra internacionalista?
Las razones de que
yo me vea tentado de comparar los 27 nombres que, de momento, se han dado de
gays (algunos adolescentes) “ejecutados” bajo el régimen de Putin en Chechenia
con otras violaciones de derechos humanos eson que bajo regímenes invisibles
como el heterosexismo o conceptos como lo imperial (que se suelen aplicar a
EEUU o Europa pero que en este caso valen también para Rusia) unos humanos son
más humanos que otros. A estas alturas
el silencio de la izquierda internacionalista no tiene nada que ver con ningún
factor ideológico o nostalgia de ninguna revolución, tiene que ver simple y
llanamente con el digámoslo claro “matan maricones ¿a quién le importa?”.
Sé que las
múltiples excepciones a lo que acabo de decir se echarán las manos a la cabeza
pero, como ya ocurrió en los ochenta con la pandemia del SIDA, si no hubiera
sido por la iniciativa LGTBQI –al menos de entrada y ya hace años-, el asunto
de las Leyes Homófobas del Gobierno Ruso no hubiera trascendido. Han tenido que
ser ya las organizaciones internacionales de derechos humanos las que se
pronuncien al respecto, puesto que los gobiernos europeos tienen mucho que
perder si le piden explicaciones al presidente ruso, y no digamos ya al de
EEUU. Triste lección de Historia sobre la que no conviene pasar página, pero
que queda como huella indeleble en la memoria de los nuevos chicos y chicas
LGTBQI de izquierdas, que comprueban con renovada estupefacción que su causa, por
si había alguna duda, no es siempre la causa de todas. Que sus izquierdas
tienen su lado oscuro, y tan oscuro. Me duele decirlo, pero la Historia se
repite de forma sangrante o, dicho de otro modo, más de lo mismo.
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