Balance de una jornada histórica
Por Eduardo Nabal
El éxito del
Orgullo Crítico y otras plataformas reivindicativas este año en Madrid ha sido
tal en su convocatoria del 28 de Junio que ni los medios oficiales han podido
ignorarlo del todo, dedicándoles unas pocas líneas con cierto tonillo
despectivo. Han oído frases como “capitalismo rosa”, “el espíritu antisistema”,
pero no profundizan como pocos suelen profundizar en que detrás del Orgullo
Crítico y la Indignación que lo acompaña y que este año ha sobrepasado todas
las expectativas en número de personas asistentes tomando las calles de Madrid
“manifestándose, no desfilando” como coreaba uno de los lemas, hay todo un
discurso que pretende llenar la vaciedad de discurso que hay tras el Orgullo
Empresarial que este año además se pone sus mejores galas para el World Pride.
Y lo más triste de
todo es que da igual que sea el PSOE que Ahora Madrid para que el dinero
municipal, en su mayor parte, vaya a los empresarios de siempre, con sus
cuentas blindadas, sus ilimitadas ambiciones financieras y sus limitadas perspectivas sociopolíticas.
Creo que ya es hora de que la izquierda empiece a plantearse si sus políticas
de género son reales o se diluyen en una masa informe con la socialdemocracia
neoliberal en la que, como vemos este año en Madrid, todo vale.
La manifestación
del Orgullo Indignado de este año, la más numerosa de todas las convocadas, es
una señal a toda la sociedad de que hay una población que no se siente
representada por esas políticas que dicen dirigirnos, que piden el fin de la
violencia física y simbólica hacia nuestro colectivo, que no busca la
mercantilización de nuestras luchas ni que nuestro combate por la libertad y contra
el heteropatriarcado se convierta en un negocio. Por eso la manifestación discurrió
con fervor por las calles de Madrid, con lemas nada complacientes contra la
Iglesia, el Partido en el poder, el capitalismo rosa, la invisibilidad lésbica,
el racismo, la transfobia, la putofobia, la bifobia, el avance del fascismo, la
violencia policial y contra el eje formado
por el heteropatriarcado y el capital.
Hubo algún momento
tenso, como cuando la mani trato de arrebatarle la medallita arcoíris
oportunista al local de Burger King, pero sobre todo una gran euforia de
géneros diversos dispuestos a mostrarse sin miedo ni tapujos y a dejar que sus
lemas se oyeran sin voltios ni vatios de música que los taparan, a pesar del
inesperado encontronazo con un grupo de música y su público que no logró
engullir la manifestación. Creen que con dinero, banderitas sin nada detrás, y
gestos festivos para bolsillos llenos van a clausurar nuestras protestas, pero
la cantidad inesperada y esperanzadora de gente que concentró el 28 de Junio el
Orgullo Crítico, llenado la Gran Vía de Orgullo Anticapitalista, fue toda una
lección para estas fechas de lavado rosa. Creo que las hermanas de Stonewall
hubieran estado orgullosas de todas nosotras.
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