domingo, 24 de diciembre de 2017

BOLLOTECA: RAJA AMARI EN EL VIENTRE DE TÚNEZ







La realizadora tunecina Raja Amari ha realizado dos grandes películas junto con la actriz hebrea más importante o al menos significada y comprometida con el conflicto de Oriente Medio  del cine contemporáneo: Hiam Abbass (“Los limoneros”, “La novia siria” “Free Zone”). “Rojo oriental”, un musical costumbrista y agridulce, y “Foreing body” un drama social y un triángulo amoroso sobre la inmigración, la feminidad y el desarraigo.


Bailar en Túnez. Olvidar al difunto Adaptarse a los tiempos y sobrellevar la tradición.  Una película sobre mujeres hecha por una mujer. “Satín rouge”,  el primer largo de Raja Amari, parte de un  argumento algo tímido y simplista pero sabe mantener el ritmo (a pesar de algún exceso de sesión de danza del vientre)  y  está narrada a base de largas panorámicas,  en pequeños episodios unidos por inesperados fundidos en negro. Comprender a una nueva generación. Bailar frente al espejo versus bailar frente al público, contra el público, con el público. Espacio privado versus espacio público, espacio doméstico frente a espacio sensual, libre y  sexualizado. En su último filme, “Foreing body” se adentra en los conflictos sociopolíticos de la zona, en las sombras imprecisas y sofocadas del yihadismo, en la opresión de la mujer, en las dificultades de las inmigrantes tunecinas para sobrevivir en países como Francia y de nuevo en la soledad de una mujer viuda que esta vez entabla una cada vez más estrecha relación con una joven en situación ilegal. Personajes que nunca son lo que parecen, prejuicios que se dan la vuelta.


Hiam Abbass en “Rojo Oriental” se enfrenta al papel de una viuda tunecina  de costumbres tradicionales que mantiene una relación clásica y algo distante  con su única hija. Pero el amor por el baile, la ropa y la necesidad de salir de su soledad la llevan a las puertas de un Cabaret cercano donde descubre uno de sus talentos ocultos: la danza del vientre. La pasión por el mismo hombre, que podría haber sido el detonante de una tragedia en toda regla, va a ser el detonante de la fusión entre los mundos encontrados de mujeres que han interiorizado los valores patriarcales y de sus hijas que ya no viven de la misma forma o con idéntica resignación esos condicionantes culturales. Este mismo esquema se vuelve más grave en “Foreing Body” donde la mujer mayor acoge en su casa a una joven sin papeles que busca trabajo y obtener la nacionalidad  francesa a la vez que desprenderse del pasado marcado por su hermano y por un hombre joven que viene del pasado que va a entrar de forma brusca en la vida de ambas mujeres.

La soledad de la protagonista se reproduce en distintos escenarios y bajo diferentes parámetros, adoptando formas más suaves, insidiosas, aparentes y ligeras según se encuentre en la soledad de su hogar de viuda, en compañía de gente que parece juzgarla o en contacto con un mundo que teme y le fascina casi a partes iguales, descubriéndose a sí misma en la transición lenta pero implacable de unos escenarios a otros al tiempo que su posición en el mundo se vuelve más vital(ista) y abierta.

En “Rojo Oriental” con pocos planos la directora  nos describe la situación de la mujer frente a la resignación y  la viudedad para pasar pronto al espacio del Cabaret, el mercado y los pisos donde la protagonista trata de mantener una doble vida entre la libertad y el rol impuesto de viuda sufriente y madre entregada. En la más reciente “Foreing Body”, premiada en el festival de Seattle,  el tono es más seco, duro,  furtivo, tenso, el ritmo más crispado y  la protagonista parece esconderse y a la vez trata de reafirmar su nuevo rostro y su nueva situación en un mundo que no la acoge exento de  recelo y prejuicios. Su relación con esa mujer madura que trata de olvidar a su marido va más allá de la amistad aunque acaba formando un triángulo amoroso con ese joven tunecino encarnado por Salim Kechioche, que formó parte del mismo grupo islámico al que perteneció su hermano. La joven desgarrada entre su situación ilegal  y su búsqueda de una personalidad propia se presenta como la protagonista de “Rojo oriental” como una mujer escindida y a la vez valiente, enfrentada a prejuicios de varias culturas y sociedades, aunque si allí el tono era casi de “comedia musical” aquí nos acercamos más al drama familiar, al intimismo desgarrado y casi al thriller psicológico.

El significado de la ropa,  la música, las diferentes músicas la feminidad, las feminidades distintas,   la objetualización de la mujer y la necesidad de guardar las apariencias en pequeñas comunidades vecinales son algunos de los temas que aborda este musical que oscila entre la comedia de costumbres, el musical y el drama familiar.

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