En
su último filme el realizador italiano Luca Guadanino logra su madurez como
creador al tiempo que pone sus virtudes como refinado esteta al servicio de una
historia más sólida e intensa narrada
con mayor pulso y contención que en sus anteriores trabajos: la desmesurada “Yo
soy el amor” y la algo estridente “Cegados por el sol”, sus dos grandes
películas tras el fracaso de crítica de la relamida y sobradamente afectada
“Melisa P.”. De nuevo lo sensual vuelve a ser uno de los grandes motores
narrativos de su cine y también la descomposición de núcleos afectivos
preponderantemente marcados por el seno de lo familiar bajo diversas formas. De
nuevo un paisaje italiano, y un ambiente marcado por la tentación del lujo, el
refinamiento y la decadencia todo ello inspirado en una notable novela de André Aciman, algo suavizada para el gran público, aligerando los aspectos espinosos y, en cambio, alentando los guiños al gran público occidental.
Guadanino
nos presenta dos personajes de diferentes edades, Elio, un chico de 17 años y Oliver un joven restaurador de arte embarcado en una
historia de amor más grande que la vida, al menos que la vida que ambos
llevaban hasta el presente, particularmente el adolescente protagonista que
parece despertar al amor bisexual pero descubre su verdadero amor en un visitante que se incorpora ese verano a la gran familia judía en vacaciones. Ambientada
en los años ochenta del siglo XX estamos ante una historia de amor y pasión que se toma
su tiempo para mostrar todas sus cartas pero avanza con pulso seguro y sin
medias tintas, sacando las máximas posibilidades de sus dos intérpretes, de los
paisajes, los decorados y los objetos y del inteligente guión del veterano James Ivory, que no obstante se
muestra algo literario y acartonado en algunos pasajes frente a otros que dejan en manos del
realizador y los personajes toda la fuerza del filme.
Algunos
elementos se apuntan pero no de desarrollan en el filme como el carácter judío
de los personajes, la tensión entre el pasado y el presente, el arte y la vida,
centrándose finalmente en una historia de amor entre dos hombres que ya ha sido
contada pero pocas veces con tanta elegancia y atención a los detalles para
logar un efecto a la vez armonioso y devastador, transmitiendo todo el peso que
ese “affaire de verano” va a tener sobre la nueva vida del joven Elliot que ahora es para
nosotros un enigma abierto.
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