sábado, 2 de septiembre de 2017

ENTREVISTA "EL ARMARIO DE ACERO" EDITORIAL DOS BIGOTES


 
  

 

Entrevista Completa a Gonzalo Izquierdo y Alberto Torres

          sobre la compilación "El armario de acero" (Amores clandestinos en la Rusia Actual). Editorial Dos Bigotes

 
 
 Por Eduardo Nabal

 

 

 Los dos jóvenes compiladores de la antología de prosa y poesía El armario de acero. Amores clandestinos en la Rusia Actual, un libro hermoso y desafiante que ha visto la luz de la mano de la nueva editorial Dos Bigotes. Nos hablan de la gestación de todo un acontecimiento literario.

 

 

 

-¿Cómo surgió el proyecto y, sobre todo, cómo fue posible reunir a todos los poetas y cuentistas que dan esa voz polifónica a El armario de acero. Amores clandestinos en la Rusia actual?

 
El proyecto de El armario de acero surge de la curiosidad por saber cómo abordaban los escritores rusos contemporáneos la temática LGTBI, de qué manera se acercaban a una realidad que estaba siendo oprimida por parte de la maquinaria del Estado.
Para ello, nos pusimos en contacto con el poeta, crítico literario y activista Dmitry Kuzmin, al que le pedimos que nos dijese cuáles eran los autores más representativos de la escena literaria rusa gay y lésbica. Kuzmin, que desde el primer momento se volcó de manera desinteresada en el proyecto, nos pasó una primera selección de textos. Nuestra primera misión fue buscar un traductor que nos hiciese informes de lectura de cada uno de los manuscritos y entonces encontramos a Pedro Javier Ruiz Zamora, que se ha encargado de traducir los relatos y poemas de El armario de acero respetando la belleza y fuerza del original ruso.Para nosotros ha sido todo un descubrimiento hallar un grupo de autores y autoras que no solo tienen mucho que contar sino que lo hacen exprimiendo al máximo las posibilidades expresivas del lenguaje. En definitiva, estamos muy orgullosos de poder ayudar a difundir un conjunto de voces que nos ofrece una mirada diversa y muy personal de esa Rusia donde la LGTBfobia campa a sus anchas.

 

 

-El libro es importante y mas que oportuno pero la mayoría de las voces son anteriores al régimen represivo y asesino de Putin. ¿Cómo creéis que se encuentra la literatura LGTB Rusa ahora?

 
Aunque parte de los textos son anteriores al régimen de Putin, los escritores de El armario de acero siguen en activo, ya sea dentro o fuera de las fronteras de Rusia. No tenemos información actualizada sobre cada uno de ellos, pero sí te podemos contar, como botón de muestra, dos casos que nos ha relatado Margarita Meklina, autora de dos de los relatos de la antología. Hace unas semanas, la escritora (que vive exiliada en California) se puso en contacto con nosotros para contarnos dos sucesos bastante representativos de la situación de la literatura LGTBI en Rusia un año después de la promulgación de la ley.
El primero se refiere a la censura de una pieza de teatro infantil, El alma de una almohada, que fue cancelada en Moscú debido a que contenía elementos de “propaganda homosexual”. Desde el ministerio de Cultura se afirmó que el gobierno no iba a apoyar obras que no estuvieran “basadas en los valores tradicionales rusos”. El segundo, la paralización de la distribución de la antología I am in Lisbon. With Somebody Else, que no ha podido ver la luz debido a que contenía elementos propagandísticos y pornográficos.
 
 
-Putin es uno de los pocos presidentes sanguinarios que siguen haciendo buenas migas con algunos países de Europa (sobre todo a raíz de las “Olimpiadas de la vergüenza”)? ¿Veis un cambio posible o solo necesario?
 
Es evidente que las relaciones entre la Rusia de Vladimir Putin y el resto de Europa están condicionadas por una serie de factores (políticos, económicos, militares, etc.) que se acaban imponiendo a los derechos de colectivos “minoritarios” como el formado por gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.
Dentro de esta lógica marcada por las estrategias macropolíticas, hay cabida para la indignación y la protesta pública pero siempre dentro de unos límites. Los Juegos Olímpicos de Sochi fueron un buen ejemplo de ello: al final, la condena a las leyes contra la “propaganda homosexual” se resumieron en unos cuantos gestos simbólicos que, aunque oportunos, no dejaron de ser poco “efectivos” ya que casi nada ha cambiado en Rusia en lo referente al respeto de los derechos LGTB. Por lo tanto, el cambio es necesario y creemos que será posible en la medida en que las leyes tienen fecha de caducidad.

 

 

-En el libro hay gays, lesbianas y trans. Esta bastante equilibrado. Es un grito de amor y sabiduría. Pero también un grito de guerra contra la intolerancia o el heterosexismo. ¿Me imagino que son todos los que están pero no están tod@s los que son o fueron?

 

 
 
En el libro hay gays, lesbianas y trans. Esta bastante equilibrado. Es un grito de amor y sabiduría. Pero también un grito de guerra contra la intolerancia o el heterosexismo. ¿Me imagino que son todos los que están pero no están tod@s los que son o fueron?
Efectivamente, El armario de acero es una muestra representativa de la literatura rusa contemporánea de temática LGTBI, pero existen otros autores y autoras que no hemos podido incluir en esta edición y que nos encantaría publicar en un futuro. Es el caso, por ejemplo, de Margarita Geide, cuyos terribles textos, en los que toca el tema de las convenciones de género, surge otra idea: la xenofobia y el amor son incompatibles. Es muy gratificante poder descubrir a escritores tan comprometidos que cuestionan los preceptos falocentristas y que nos sorprenden con su manera de abordar los sentimientos y las relaciones.
Como explica Dmitry Kuzmin en el prólogo, los autores de esta antología pertenecen a distintas generaciones y cada uno posee una visión particular de la cultura LGTBI y de cómo el poder persigue a las minorías. Desde la sátira de Vadim Kalinin hasta la disección del mal que traza en sus versos Sergei Finogin, que con 24 años es el más joven de los integrantes de El armario de acero. La literatura rusa LGTBI que surgió tras la caída de la URSS incluye otros nombres como Alekséi Purin, Alekséi Ilyanen, Dmitry Aleksandrovich Prigov, Faina Grimberg o Lidia Yusupova, que cogieron el testigo de autores tan importantes como Mijaíl Kuzmin y Yevgeny Jaritónov.

 

 

 

-Llama la atención el poema de Berltold Bretch, uno de los más violentos de una colección de textos que van desde el lirismo intimista hasta el desgarro más pesimista. Supongo que todo esto está relacionado con la evolución social de Rusia como país, zona o región de regiones y también con la influencia (indirecta o no) con la literatura LGTB de otros países?

 
En efecto, la historia de la literatura rusa de temática LGTBI refleja la evolución social y política del país. Los primeros testimonios datan de principios del siglo XX, con figuras como Mijáil Kuzmin, que en su novela corta Alas sugería de una manera explícita el amor entre un hombre y un joven, Sofía Parnok, la primera poetisa rusa lesbiana, o Marina Tsvietaieva, cuyo romance con Parnok sirvió de base para su ciclo de poemas Amiga.
La llegada de Stalin y la criminalización de las relaciones homosexuales provocaron el nacimiento de una literatura rusa clandestina. Ya en los años 70, la literatura rusa gay vivió un renacimiento, apoyada en Yevgeny Jaritónov, interesado en los conflictos del alma, la soledad y el anhelo del amor.
Con la caída de la URSS, se detuvieron las persecuciones legales a los gais y se levantó la censura sobre la homosexualidad. Surgieron distintos autores que trataron de continuar la línea de Kuzmin y Jaritónov, como Alekséi Purin y Alekséi Ilyanen. En los 90, se dio un paso importante en la normalización de la literatura LGTBI con la aparición de Dmtry Prigov, Nikolay Kononov o Lidia Yusupova, entre otros.
En los últimos años, voces como las de Vadim Kalinin, Aleksander Anasevich o Serguei Finoguin, los tres presentes en la antología, ejemplifican la diversidad con la que es abordada la temática.
 

 

Existen prejuicios difíciles de desterrar. Uno espera encontrar poemas tímidos de hombres y mujeres todavía asustados, pero la mayoría son irreverentes, llenos de humor y sexo explícito. Hay algo premeditado en ello o los escritores cuentan lo que quieren contar?

Tienes razón en que una de las principales características de los textos reunidos en El armario de acero es su descaro, el empleo del sentido del humor y del erotismo como elementos expresivos a través de los cuales reflejar los diferentes aspectos de la “vivencia” homosexual. Aunque hay cierto poso de tristeza, en el conjunto se impone un sentimiento de libertad que contagia tanto al contenido como a la forma de los relatos y poemas.
Creemos que los escritores cuentan aquello que desean contar y lo hacen utilizando las herramientas literarias que tienen a su alcance con el objetivo de provocar una reacción en el lector, de sacudirle, de hacerle mirar la realidad desde otra perspectiva. Esta capacidad de “extrañamiento” consideramos que es uno de los grandes valores de la literatura.
 

 

-Aunque sé que el libro es un libro de creación literaria  que llena un hueco muy importante a uno le gustaría saber algo mas sobre el destino de estos hombres y mujeres? ¿Cuál fue el grado de implicación de autoras y autores en este proyectivo colectivo?
 
Estamos muy agradecidos a todos los autores y autoras que forman parte de El armario de acero por su colaboración e implicación en el proyecto. Cada uno de ellos ha cedido los derechos de autor de sus textos para protestar contra la ley contra la propaganda homosexual de Vladimir Putin y nos han mostrado su satisfacción y orgullo porque sus relatos y poemas puedan ver la luz en castellano y sirvan para denunciar su situación.
En el caso del artista Slava Mogutin, por ejemplo, nos dio vía libre incluso para utilizar, si queríamos, una de sus fotografías para ilustrar la portada del libro. Seguimos en contacto con muchos de los escritores de El armario de acero, que nos envían información sobre la cultura LGTBI en Rusia. Nikita Mironov va a venir a España en el mes de octubre y seguramente podremos contar con él para presentar la antología y que nos narre en primera persona su experiencia como poeta homosexual.

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