miércoles, 6 de diciembre de 2017

MORALISMOS, MEDICINA PREVENTIVA Y LUCHA CONTRA EL SIDA



 
 
 


Desde el principio el VIH y el SIDA fueron cuestiones políticas. La película recién estrenada “120 pulsaciones por minuto” de Robin Campillo nos recuerda la historia de Act-Up París y su trayectoria de lucha. No está mal refrescar la memoria de nuestras genealogías, ya que sin grupos es posible que el activismo “queer” o lo que queda de él nunca hubiera sido posible, reinventándose, trans-formándose.

 

Hoy día parece haberse desvanecido la idea de “los grupos de riesgo” aunque la “enfermedad social” del prejuicio y el estigma sigue llevando a la armarización de las personas seropositivas como “peligros potenciales”. Cuestiones como el racismo, la homofobia, la aporofobia (odio  a la pobreza), el “pánico moral” siguen surgiendo tras determinados gestos que aumentan en según qué ámbitos.

 

Hoy día la esperanza de vida parece haberse aumentado aunque los recortes también han aumentado la diferencia entre los enfermos con posibilidades y los que tienen menos acceso a los recursos, entre la población migrante y la autóctona, entre la diversa y la uniforme. Pero la industria farmacéutica no parece detenerse en ningún lado y ha surgido la polémica sobre la “Profilaxis Pre-Exposición” también conocida como PrEP. Esta suerte de “condón químico” se emplea como medida de prevención y parece haberse popularizado, aunque su fama es mayor que su uso, todavía en el ámbito español.

 

No obstante, la labor preventiva realizada va orientada hacia los cuidados personales y mutuos, hacia la lucha contra la ignorancia y el conocimiento de cuáles son las prácticas que conllevan riesgo y cuáles no.

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