domingo, 5 de marzo de 2017

THIBAUT GAUTIER Y EL ARCHIVO DE 'LA NEOMUDÉJAR'

"En Francia todo se ha puesto en marcha como en 'la belle epoque'. Como si las guerras coloniales se reprodujeran de nuevo dentro de nuestras fronteras"

 

Por Eduardo Nabal






Graduado en Bellas Artes, ha vivido durante algún tiempo en nuestro país, donde ha organizado el archivo sobre la Memoria LGTBQ y una exposición acerca de este mismo tema, 'Dejá-Vu', en el Centro de Artes de Vanguardias 'La Neomudejar', de Madrid.

EDUARDO.NABAL.- Hola Thibaut. Yo te he conocido trabajando con Francisco Brives para el Archivo Neomudejar de Madrid, en concreto en una recopilación y exposición de materiales sobre los activismos queer y feministas de los noventa ¿Nos puedes hablar de la experiencia en Francia y lo que has podido recoger o ver reflejado en el estado español a lo largo de esta experiencia? 

THIBAUT GAUTIER.- Realmente yo conocía mal las producciones ‘undergrounds’, los queerzines franceses. Quizás estos archivos sí existen. Tengo una razón más personal para mi ignorancia: he vivido durante mucho tiempo en una pequeña ciudad de provincias antes de llegar a Madrid. Y, en esta pequeña ciudad, no había colectivos, ni asociación, poca conciencia de las especificidades regionales de cara a las luchas. Era un poco deprimente (si quieres hacerte una idea de esta provincia francesa puedes leer el periódico de Francais Neaud durante los años 90, nada ha cambiado desde entonces). Es lo que más me ha llamado la atención en mis búsquedas en La Neomudéjar he encontrado publicaciones, grupos de búsquedas, okupas, de colectivos en toda España. Estoy muy en deuda con el estado español por esta visión menos nacionalista, menos centralista.

E.N.- Francia parece hoy en día un lugar dado a la paradoja. De horizonte de modernidad y convulsiones, casi de frontera sociosexual, vemos a miles de francesas saliendo contra el matrimonio igualitario además de un retroceso que no sabemos de dónde viene. También existe un crisol de razas procedente, entre otros lugares, del Norte de África. La cultura, da esa impresión, va por delante de la sociedad. ¿Qué nos puedes contar al respecto?

T.G.- Cuando Hollande fue elegido, el matrimonio homosexual se encontraba en su agenda política desde hacía mucho tiempo, a causa de la influencia de los países vecinos, también a causa de las promesas de las campañas del PS… Pero en realidad no se hizo una buena publicidad de todo ello. Era una reforma que no costaba nada, solo cambiar unos párrafos de las leyes y con las políticas “de austeridad” que trajo el PS desde que llegó al poder, esto le permitía dar una buena imagen sin gastar dinero. Pero era hipócrita porque ellos no defendieron la ley como debían y dejaron desarrollarse esa vergüenza que es la “manifestación para todos”, una coalición reaccionaria diversa: católicos perdidos, identidades machistas, homófobos de todo tipo, Se sabía que una parte de Francia era muy conservadora, pero tales niveles de odio en el espacio público, resultaban increíbles. Todas las pequeñas paranoias de género de estas gentes salieron a flote y contaminaron a la sociedad entera. Todo el rechazo homófobo francés, todo lo que no osaban decir, todo lo que ellos debían decir  solo después del vino de una comida o en una sobremesa, salió a la luz pública. Fue como en un filme que vi en España Siete días de enero. Hay un banquete de franquistas. El espacio público se convirtió en un enorme banquete para los fascistas franceses. Respecto a la cuestión racial, es complejo. Hay un nivel de racismo muy elevado en Francia desde hace mucho tiempo. Los franceses (blancos) han aceptado mal que los hijos o los nietos de los inmigrantes reivindiquen sus derechos, que quieran salir de su catastrófica situación. Para la mayor parte de los franceses blancos, incluso de forma inconsciente, existen todavía jerarquías heredadas de la época imperial o colonial. Desde los atentados en París, se ha desatado la locura. Los racistas pueden hablar libremente. Y todo el aparato de estado, incluida la 5ª república, la policía anti-criminal (la bac), el estado de urgencia, todo lo que viene directamente de la guerra de Argelia, todo se ha puesto de nuevo en marcha como en ‘la belle epoque’. Como si las guerras coloniales después de haber tenido lugar se reprodujeran en el interior de nuestras fronteras o territorios.

E.N,.- ¿El avance de la extrema derecha ha tomado forma bajo el lepenismo, pero parece que ahora existe, en apariencia, una oposición frente al temido Front Nationale? ¿Te sientes capaz de aventurar o predecir algo sobre el futuro electoral en un país a partir de las percepciones sociales?

T.G.- Prefiero no aventurar nada sobre el futuro de mi país, incluso si yo soy pesimista, porque simplemente las elecciones no son la cuestión. Se trata de un sistema completo que es racista y homófobo. Por ejemplo se sabe que un 51 % de los Policías han votado al Front Nationale (http://www.liberation.fr/direct/element/plus-de-50-des-policieres-et-militaires-ont-vote-fn-en-2015_28175/) Es terrorífico. No veo cómo vamos a salir sino con una guerra o una revolución. Pero soy muy pesimista.







                                                                                        
 

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