Espacios
Por Marco Vidal
De los espacios indomables
entre los adoquines salvajes
de cualquier calle de Sofía
se escapan sueños grisáceos
y ataradeceres de hormigón
De
los espacios indomables
estalla
la miseria:
el
hijo emigrado y
la
tierna abuelita,
las
150 levas
y
la sonrisa, resignada
De los espacios indomables
se eleva el campo de concentración:
el opositor ejecutado,
los niños llorando.
Mientras tanto,
el gris perenne sigue dominando
y aturdiendo
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