domingo, 25 de septiembre de 2016

HOMBRES ANTIPATRIARCALES

Algo se mueve contra la heterosexualidad obligatoria

 

Por José García

 

 

 

 

 
Hoy quisiera hacer una matización respecto de un artículo que escribí hace unas semanas en ‘Burgos Digital’ titulado La nueva masculinidad de los'hombres antipatricales', y en el que mostraba mi decepción porque este movimiento de hombres profeministas no hubiera asumido ningún tipo de crítica a la heterosexualidad como régimen político intrínseco a las sociedades patriarcales. Me basaba para ello en mi último contacto con ellos, allá por 2008, cuando coincidimos en un simposio sobre ‘la nueva masculinidad’, organizado en la Diputación de Cádiz por la entonces delegada de Igualdad, y como bien digo solo coincidimos, porque los ponentes de ese simposio eran todos hombres heterosexuales que hablaban de deconstruir “su” masculinidad, como si el tema no tuviera ninguna relación con los gays, o con las lesbianas o con los hombres transexuales.

Sin embargo, puede que esa situación dentro del movimiento de hombres antipatriarcales se haya modificado sustancialmente. Y lo digo por una obra ensayística de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (Ahige) que se ha presentado hace pocos días en Cádiz, dentro del conjunto de actividades paralelas del Festival del Cine Documental Alcances, y que me ha sorprendido gratamente.

La obra, titulada Hombres para el siglo XXI: semblanzas de hombres feministas, recoge el testimonio e impresiones de diecinueve hombres y su posición ante el proceso de generización que alcanza a todo sujeto, y aunque tengo que decir, en mi modesta opinión, que la calidad literaria de los ensayos es muy desigual, resultando muchos de los artículos una mera retahíla de anécdotas organizadas como la típica ‘historia de vida’, existen algunos trabajos que merecen realmente la pena, como el del crítico literario portorriqueño Juan Pablo Rivera, titulado Mi masculinidad de plástico, que nos hemos permitido reproducir en nuestro blogozine.

Mi masculinidad de plástico no es el único texto escrito desde la perspectiva de un gay dentro de esta obra colectiva, pero sí resulta, a mi juicio, el más clarividente. El movimiento de hombres antipatriarcales parece asumir con él gran parte de los planteamientos de la teoría queer, golpea sobre los binarismos del pensamiento heterosexual denunciado hace décadas por la filósofa lesbiana Monique Wittig y es certero al abordar el sexo y el género como constructos culturales. “El que, con una mirada rápida, un pediatra u obstetra haya decidido hace más de 30 años que yo soy ‘varón’ ha tenido mucho que ver con las expectativas sociales de/hacia las personas de mi mismo género, pero menos que ver con las maneras en que yo decido o, sin decidir, incido en la vivencia de mi propia masculinidad”, afirma Rivera.

Se trata, pues, de una aportación de gran interés que el movimiento de hombres antipatricales haría muy bien en no obviar y que nosotrs tampoco hemos querido pasar por alto.

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