Pablo Vergara Pérez: "En breve tendremos la primera generación de adultos trans que han crecido acogidos por su entorno y su familia"
Por Eduardo Nabal
Pablo
Vergara Pérez es uno de los activistas y bloggers trans con más relevancia en
el estado español. Actualmente reside y trabaja en Escocia y está a punto de publicar su
primer libro donde cuenta sus experiencias vitales, personales y políticas
“Aprendiendo a vivir de otra forma:
diarios de un hombre trans.”, que estará a la venta desde el trece de
octubre en Amazon (http://amzn.to/2d1vLV8)
EDUARDO
NABAL.- Explícanos lo del Octubre Trans. ¿Qué buscáis o dónde lo situáis en un
calendario de activismo por la visibilidad, la despatologización etc? ¿Cuándo
surge toda esta historia?
PABLO V. PEREZ.- La Red
‘Stop Trans Pathologization’ nació de la actividad de varios grupos activistas,
principalmente españoles, que se situaban en el eje Madrid-Barcelona-Toulouse. Todo
empezó cuando se iniciaron los trabajos de revisión del manual de diagnósticos
psiquiátricos (DSM, por sus siglas en inglés) de la Asociación de Psiquiatras
Americana. En aquel momento se vio que existía la posibilidad de empezar a
realizar acciones de presión para pedir la retirada de la transexualidad y el
travestismo como enfermedades mentales de dicho manual, y también del CIE,
cuyos trabajos de revisión comenzaron más adelante. Aunque las primeras
acciones comenzaron en torno al año 2007, no fue hasta el año 2009 la red
explotó y alcanzó un tamaño global, con agrupaciones adheridas en varios
continentes. Sin embargo, en 2013 se publicó el nuevo DSM-V, que todavía
contiene una referencia a la transexualidad como “disforia de género” y al
travestismo como enfermedad mental. De todas formas, lejos de suponer el final
de las acciones por la despatologización, la publicación del DSM tan sólo ha
sido un pequeño escollo en el camino, ya que existen muchas más formas de
conseguir la despatologización de la transexualidad. Actualmente, se están
realizando acciones de presión para eliminar la transexualidad del catálogo de
enfermedades de la OMS, sobre las asociaciones médicas para la reelaboración de
protocolos sanitarios no patologizantes, y se ha conseguido que muchos países
aprueben leyes no patologizantes en materia de derechos de las personas trans,
o de identidad de género.
E. N.- Hay
una Ley Integral sobre Transexualidad en Andalucía pero que no ha contentado a
todos/as. ¿Qué nos puedes contar brevemente al respecto y qué pasos queda por
dar?
P.V. P.- Con la Ley de transexualidad de Andalucía
parece que está todo por hacer. Es una ley redactada de manera vaga e
imprecisa, que deja un montón de huecos en blanco, que se suponía que se iban a
desarrollar con posterioridad, y que no se han desarrollado, o, cuando se han
desarrollado, se han desarrollado mal. De todas formas la situación de las
personas trans en Andalucía ha mejorado respecto a la situación anterior, al
menos en algunos aspectos. En el plano educativo, ya casi no se producen
problemas para el reconocimiento de la identidad de los y las estudiantes trans
en las aulas, lo que es muy importante, especialmente en el caso de las y los
menores de edad. En el plano sanitario, se está produciendo una reforma,
desordenada y que está dejando en el aire a muchas personas, pero,
honestamente… no es que la cosa estuviese mejor antes. Ahora, muchas personas
se quejan de que el médico no sabe a dónde enviarles. Antes, cuando existía una
UTIG en Málaga, ocurría exactamente igual. Yo estuve seis meses de médico en
médico hasta que, por casualidad, encontré a otra persona trans que me dijo a
qué número de teléfono tenía que llamar para darle la información a mi médico.
Al menos ahora tenemos la posibilidad de construir un camino. Antes, después de
estar perdido en el sistema durante meses, terminabas yendo a parar sentado en
la consulta de la psicóloga de Málaga, recibiendo humillaciones sin cuento y
preguntas impertinentes durante años, y, además, en una situación de total
indefensión. Hoy, hay opciones. Todavía no son automáticas, pero al menos hay
cosas que se pueden hacer.
E.N.- ¿En
qué aspectos está relacionada la transfobia con la homofobia o la lesbofobia y
en que se diferencia claramente? ¿Veis avances y retrocesos, o todo depende
desde donde mires?
P.V.P.- Muchas
veces los ataques que recibimos las personas trans no son realmente trasfóbicos,
sino homofóbicos, y se producen porque las personas trans somos percibidas como
homosexuales por ciertos sectores de la población. En ese sentido, la
erradicación de la homofobia y lesbofobia son objetivos compartidos entre los
colectivos trans y los colectivos LGB. Sin embargo, la transfobia es una fobia
con personalidad propia, y no está directamente relacionada con la orientación
de género, sino con el rechazo a ciertos tipos corporales. En este sentido está
más cercana a otras fobias corporales, como la interfobia o rechazo a las
personas intersex, o la gordofobia (rechazo a las personas gordas). Incluye la
consideración de que cualquier tipo corporal que se aleje de los cánones
reconocidos como válidos debe ser necesariamente una enfermedad, y que las
personas con esos cuerpos han elegido convertirse en seres despreciables (o han
rechazado deliberadamente la intervención salvadora de la medicina) y, por
tanto, se merecen ser despreciados. Hacer chistes sobre gordos y trans es totalmente
aceptable, así como se considera totalmente aceptable excluirnos de la vida
laboral, de la vida sexual y sentimental, del acceso a ciertos servicios,
especialmente servicios médicos, y toda persona compasiva se cree en la
obligación moral de reconducirnos hacia el buen camino de los cánones
corporales aceptables.
E. N.- ¿Muchas
personas trans están hartas de que otras hablen por ellas bien sea la clase
médica, los equipos psicológicos, los estudiosos, los grupos feministas
reticentes e incluso los activistas gays y lesbianas? ¿Va siendo hora de
reclamar una palabra propia lejos tanto de patologización como de oportunismo o
paternalismos varios?
P.V.P.- Sí, ya va siendo hora, y de hecho el
movimiento trans*, tanto a nivel del Estado Español como a nivel internacional,
ya tiene entidad propia y activistas con nivel suficiente para hablar por si
mismxs. Si todavía hay eventos sobre transexualidad en los que la presencia de
ponentes trans es marginal y limitada simplemente al testimonio vital propio es
porque los organizadores no tienen ni idea de qué va la película y se creen que
están todavía en los inicios de la década pasada.
E.N.- Hoy
día, no sin dificultades, se va ampliando la posibilidad de la entrada de las
personas trans en el mundo laboral. No obstante, parece que el tema del éxodo
rural, las biografías peculiares y las experiencias traumáticas no ha acabo del
todo.
P.V.P.- El
día en que todo esto acabe, todavía está muy lejano. Ahora podemos empezar a
soñar que algún día ser trans, o intersex, o gay, o lesbiana, o lo que sea no
supondrá una desventaja tan brutal como ocurre en el presente, pero tenemos que
recordar que los avances sociales ganados en décadas de lucha pueden retroceder
hasta desaparecer sin dejar rastro en un solo lustro. En breve tendremos la
primera generación de adultos trans que han crecido acogidos por su entorno y
sus familias, y nos contarán cómo lo hemos estado haciendo y qué cosas hay que
mejorar, añadiendo su esfuerzo al nuestro… o se relajarán y dejarán que todo
retroceda.
E.N.- La
hoy llamada ‘teoría queer’ vino, dicho de modo un poco simple, a cuestionar los
llamados binarismos de género. Pero me da que todo esto, hoy tan en boga, no
fue fácil al principio y surgió de muchas corrientes. ¿Cómo ves tu el origen y
el futuro?
P.V.P.- Si bien
tengo que reconocer que la teoría queer ha tenido una fuerte influencia en mi
manera de comprenderme a mí mismo como personaje subversivo inserto dentro de
las categorías binarias de género, lo cierto es que no soy un fan, ni un estudioso.
Seguro que hay mucha gente que puede hablar sobre presente, pasado y futuro de
la teoría queer y la interacción entre sus diferentes corrientes. Lo que sí
puedo decir es que el transfeminismo y el feminismo queer han sido, y son, uno
de los pilares sobre los que se asienta la lucha de los colectivos trans*.
Incluso los colectivos de activistas transexuales que reniegan del feminismo y
la teoría queer utilizan, sin saberlo, ideas y principios que provienen de la
teoría queer.
E.N.- Las
ficciones trans empiezan a surgir con mayor o menor fortuna. ¿Cuál es la que tu
prefieres?
P.V.P.- He disfrutado como un enano con la primera
temporada de Sense 8 y el personaje
de Nomi, y con Sophia en Orange is the
new black (además, me encanta Laverne Cox en su faceta personal de
activista). En películas, me sigo quedando con Romeos, aunque ya tiene unos añitos. Y, muy mal por la nueva
versión de Stonewall que pone en el centro de la revuelta la intervención de
los hombres gays estadounidenses y blancos, y deja en el margen a las que
realmente hicieron saltar la chispa que prendió fuego al polvorín: las mujeres
trans, y la concreta e histórica intervención de Sylvia Rivera (inmigrante
portorriqueña), y Marsha P. Johnson (afroamericana).
E.N.- Creo
que, aunque poco a poco, la visibilidad de las personas trans está teniendo
cierta repercusión social. ¿Crees que es solo un ‘boom’ y lleno de problemas
teóricos y, sobre todo, prácticos o podría ser el comienzo de un movimiento
social sin precedentes, al menos por estos lares?
P.V.P.- Parece
que después del ‘boom’ trans que se produjo alrededor del año 2009, la
problemática de la discriminación, represión y patologización de las personas
trans ha venido para quedarse. Cada vez se encuentra más presente en las
agendas de las instituciones y los partidos políticos, así como de otros
movimientos sociales, como el feminismo o el movimiento LGTB. También estamos
asistiendo a una reacción ante este cambio de escenario, como la aparición de
las llamadas Feministas Radicales Trans Exclusionarias (TERF, por sus siglas en
inglés) dentro del movimiento feminista, o la actitud defensiva de los líderes
gays dentro del movimiento LGBTI. Sin embargo, creo que de momento lo estamos
haciendo bien.
E.N.- Tu
libro viene a sumarse a esta corriente de visibilización de la realidad de las personas trans ¿Cuáles
son tus expectativas al respecto?
P.V.P.- Hace ocho años, cuando inicié mi
transición, casi no había información sobre la transexualidad y decidí empezar
a escribir un blog para hablar de mi experiencia. Con el paso de los años
algunas personas empezaron a animarme para que recopilase todos los textos en
un libro y lo publicase para poderlo leer entero con comodidad, cosa que el
formato de un blog no permite. Me pareció que era una buena idea y me puse a
ello. Una de las cosas que más me gusta del libro es que, al tratarse de un
diario, se puede ver mi evolución personal.
Lo que inicialmente parecía ser un desastre completo ha terminado
convirtiéndose en una increíble oportunidad de desarrollo personal. Al publicar
el libro también quiero denunciar en primera persona muchas situaciones
injustas a las que nos vemos sometidas las personas trans, pero la historia que
más deseo mostrar es la de mi crecimiento interior. En este libro comparto
experiencias y emociones muy íntimas, que espero que hagan sentir y vibrar a
quién lo lea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario